La Taberna del Puerto

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-   -   Travesías Y El Temido lll se fue al Caribe (https://foro.latabernadelpuerto.com/showthread.php?t=145184)

El Temido II 26-03-2020 20:04

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Y por las tardes .... ¡¡pecábamos!!.

:cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao:


https://fotos.subefotos.com/47ad8edc...71c871a6co.jpg



Salud y :brindis:

aloes 27-03-2020 09:27

Re: Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Cita:

Originalmente publicado por El Temido II (Mensaje 2238377)
Y por las tardes .... ¡¡pecábamos!!.

:cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao:


https://fotos.subefotos.com/47ad8edc...71c871a6co.jpg



Salud y :brindis:

Hola amigo: Que es ese pastelillo?

Un saludo

El Temido II 27-03-2020 11:38

Respuesta: Re: Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Cita:

Originalmente publicado por aloes (Mensaje 2238435)
Hola amigo: Que es ese pastelillo?

Un saludo

Hola Alonso:

Ese pastelillo es uno de los muchos que vendían en las "boulangeries" de Le Bourg.

Era pasar por la puerta de una y entrarme unas ganas de comprar una
baguette y media docena de pasteles, que no te puedes imaginar. :cunao:

Concretamente ese, es una base de hojaldre, con crema pastelera y mango.

Y si, estaba igual de bueno que parece. :sip:


Un abrazo. Salud y :brindis:

aloes 27-03-2020 12:04

Re: Respuesta: Re: Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Cita:

Originalmente publicado por El Temido II (Mensaje 2238458)
Hola Alonso:

Ese pastelillo es uno de los muchos que vendían en las "boulangeries" de Le Bourg.

Era pasar por la puerta de una y entrarme unas ganas de comprar una
baguette y media docena de pasteles, que no te puedes imaginar. :cunao:

Concretamente ese, es una base de hojaldre, con crema pastelera y mango.

Y si, estaba igual de bueno que parece. :sip:


Un abrazo. Salud y :brindis:

Ya me parecía a mí. Es que mi mujer es de familia pastelera y hace uno muy muy parecido pero con "pasta filo", que a mi me flipa.
Gracias por tus relatos.

Un saludo

El Temido II 27-03-2020 19:11

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Los días pasaban "volando". El ambiente de Le Bourg es muy agradable.
Aunque hay mucha gente, se está relajado. La mayoría de las calles son
peatonales y como la isla es muy pequeña, el tráfico casi no existe.

Los edificios muy cuidados, las calles limpias, pocos ruidos ... todo se junta,
para hacer de Le Bourg un lugar que no dejar de visitar.

Pero todo se acaba en la vida y debíamos continuar. María Galante era nuestro
próximo destino.

16 millas separan el fondeadero de Le Bourg, en Los Santos, con el pequeño
puerto de Grand Bourg, al SW de María Galante. Decidimos zarpar después
de comer, ya que con viento en contra, la travesía la íbamos a hacer a motor.
El cata no es un gran ceñidor y nuestra tripulante Piedi, no se encontraba
del todo bien, así que tomamos esa decisión. Navegando a cinco nudos, en
poco más de tres horas estaríamos en el punto de recalada.

María Galante no es una isla muy alta y más bien redonda, por lo que no
dispone de mucha costa donde fondear. Las zonas posibles donde largar el
ancla, se encuentran entre Sant-Louis, al NW y el puerto al que nos
dirigíamos, Grand Bourg, al SW. Aquí el turismo es prácticamente inexistente,
si lo comparamos con el ajetreo de Los Santos. Su principal actividad económica
es el ron y el azúcar.

Como habíamos calculado, un par de horas antes de la puesta del sol, estábamos
entrando en el puerto de Grand Bourg. Pero lamentablemente, los lugares
donde fondear, fuera de los amarres, estaban ocupados. Así que volvimos
a salir y echamos el ancla unos cien metros al norte, al amparo del dique
del puerto. El sitio estaba un poco movido, pues entraba un poco de mar de
fondo, pero el resguardo del viento era bueno y el barco solo daba ligeros
tirones sobre la cadena, con lo que no había peligro de garreo.

Nos quedamos viendo caer el sol, al tiempo que los ferris que vienen desde
Pointe-a-Pitre, nos enviaban algún tren de olas. Afortunadamente, el horario
de este medio de transporte entre islas, es limitado y antes de que caiga
la noche, cesan en su actividad.

La mañana siguiente, la dedicamos a visitar la ciudad y hacer algunas compras.
Y a la vuelta, sin esperar la hora de la comida, ganamos un poco de norte,
con la intención de protegernos del mar de fondo.

A poco menos de milla y media, se encuentra Pointe Ballet y a continuación
Anse Ballet, un buen fondeadero, donde poder largar (como así hicimos) el
ancla. Aún era pronto, por lo que en vez de ponernos con el vermut y la
comida, decidimos dar una vuelta con el anexo, por el amplio fondeo que
se prolongaba hacia el norte. Recorrimos paralelo a la playa, unas 2'5 millas,
hasta llegar a la Pointe de Folle Anse, donde un pantalán de carga, de casi
doscientos metros de largo, se extendía mar adentro.

A medida que nos acercábamos al mencionado pantalán, observé, con cierta
alegría, que la mar cada vez se movía menos, llegando a estar como un plato
en la zona norte, por lo que le comenté a Carlos, que íbamos a levar anclas
y nos moveríamos hasta allí.

Toda la zona es una planicie, con una sonda de entre 4 metros y el cero de
la orilla. Ideal para ir acercándote con poca máquina, largar el ancla y dar
atrás para que clave bien, dejando el barco en poco más de 2 metros de
sonda, si lo deseas (el calado del barco es 1'10 metros).

En la playa no hay ninguna edificación, ni tan siquiera un chiriguinto, por lo
que pasaríamos los días que deseásemos, en plena naturaleza y con total
tranquilad, ya que, de momento, estamos solos (de otras experiencias, lo
habitual en este sitio, es tener dos o tres barcos más como compañía, a lo
sumo). Supongo que esto se debe, a que pasado en pantalán, a una milla
está el fondeo de Saint Louis, donde si se ven algunos barcos (aunque no
se parece en nada, al aspecto que ofrecía Le Bourg).

Pasamos unos días relajados, pero los problemas que venía arrastrando
Piedi, se agravaron. La fiebre le había subido y tomamos la decisión de ir
directamente a Pointe-a-Pitre, la capital, en vez de seguir la ruta hacia
el este, a Petite Terre.

Por suerte, la mañana de la partida, habíamos capturado un pez sapo, más
otras cuatro unidades, que desconozco la especie, pero con una carne blanca
de aspecto exquisito (y lo estaba). Así que ya teníamos almuerzo para el día
siguiente: arroz a banda. :D


Continuará ....



Salud y :brindis:

El Temido II 28-03-2020 12:55

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Nada más desayunar, levamos ancla y pusimos rumbo NNW. A un largo,
las 20 mn que nos separaban de la entrada a la ría donde se ubica la Marina
de Bas du Fort, serían un paseo para El Temido lll. Con vientos de entre 110º
y 140º, el barco ofrece sus máximas prestaciones. Y en los canales entre islas,
lo habitual es que soplen de 20 a 25 nudos. Ideales para hacer la mejor de
las travesías. Aunque cuando te acercas a la isla, el viento, como sabemos,
empiece a aflojar.

En unas dos horas, nos encontrábamos a la altura de Point Canot y empezábamos
a notar su influencia. El viento calmaba y la mar se aplanaba. Pero la mayor
parte de la travesía "nos la habíamos quitado de en medio". Tan solo nos
separaban dos millas del puerto, que aprovechamos, tras poner en marcha
los motores, para ir guardando el trapo. La idea que llevábamos, era amarrar de
inmediato y a continuación, Carlos y Piedi se marcharían en taxi, al hospital
de Pointe-a-Pitre, que está a unos 3 ó 4 kilómetros.

Marina Bas-Du-Fort es el centro neurálgico de los navegantes que pasan por
Guadalupe. No tiene la envergadura de Le Marín (Martinica), pero tiene todos
los servicios necesarios, para poder actualizar la embarcación y poder proseguir
el viaje.

Llamamos por radio y le contamos nuestra urgencia a los de la torre. De
seguida, los operarios del puerto, salieron con su neumática, nos acercaron
hasta nuestro punto de atraque y nos ayudaron a amarrar. En unos instantes,
Carlos y Piedi estaban en marcha hacia el hospital y yo, con los papeles bajo
el brazo, camino de la capitanía del puerto para que me hicieran la entrada.

La marina está ubicada al sur de la Riviere Salee, aprovechando una entrada
natural de la mar a tierra, cerrada por el oeste por una lengua de unos cien
metros de ancho. La bocana queda orientada al NW, por lo que mira a esa
especie de río, que separa Basse-Terre de Grand-Terre. Hay varias zonas de
amarre, donde se agrupan los pantalanes. Todas, aprovechando los recodos
naturales existentes. Es como si hubieran varios puertos, en uno mismo.
Más de mil amarres, de los cuales un 80% estaban ocupados.

En el complejo que forma la marina, hay infinidad de tiendas y restaurantes,
muy al estilo europeo (recordemos que estamos en Francia), además de todo
tipo de comercios. Incluido un supermercado (el Champion Marina), donde
poder abastecerse de todo lo necesario.

Como es habitual en estas latitudes, en cualquier momento del día, suele
caer un chubasco, que deja 4 ó 5 litros/hora por metro cuadrado. Y aunque
la mañana estaba con un sol reluciente, mientras hacía la entrada, uno de
estos había descargado con intensidad. De vuelta al barco, ya había escampado
(por suerte, igual de inesperados que son en su llegada, tras 20' cesan en su
actividad y el sol vuelve a brillar) por lo que ni me imaginaba, lo que me iba
a encontrar.

Como ya sabéis, la maniobra de amarre fue rápida y el desembarco posterior
también. Cosa que hizo que Carlos, se olvidara de cerrar los tambuchos de su
camarote. Colchón, sábanas, almohadas.... todo chorreando. Y menos mal
que se me ocurrió dar una vuelta mirando si todo en orden, porque si no,
cuando hubiesen vuelto, se habrían encontrado "el cuadro", con el agravante
de que a esas horas, igual ya no daba tiempo a que se secaran las cosas.

El Temido parecía un tinglado de indigentes, con todos los trapos tendidos
al sol. Por suerte, en poco tiempo las sábanas y las fundas de las almohadas,
estaban listas. Los colchones se resistieron un poco más, pero a la tarde,
cuando nuestros amigos volvieron del hospital, ya estaban de nuevo en el
camarote.

Por suerte, la infección de Piedi no había agravado su problema oncológico,
por lo que le recetaron un tratamiento y con el paso de los días, fue mejorando.

Ellos tenían pensado volver para España a mediados de Marzo, pero ante las
circunstancias que se habían presentado, decidieron adelantar el retorno a
primeros de mes, por lo que, decidimos quedarnos unos días en puerto, mientras
Piedi se recuperaba y después, zarpar hacia Martinica, ya que ellos tenían el
billete de avión desde allí a Madrid.



Continuará .....


Salud y :brindis:

El Temido II 30-03-2020 12:19

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Vista aérea de la marina:

https://marine-project.com/wp-conten...-Du-Fort-3.jpg
(Foto: Marina Project).


Salud y :brindis:

El Temido II 30-03-2020 19:52

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Pasamos tres días más en la marina, mientras Piedi iba mejorando. El
tratamiento fue efectivo, le bajó la fiebre y la infección.

Durante este tiempo, estuvieron haciendo gestiones para el cambio de los
vuelos, hasta que definitivamente, lo confirmaron para el día dos de Marzo.

Afortunadamente, la marina estaba muy concurrida y sus bares y restaurantes
bastante animados. Pudimos conversar con otros navegantes o, incluso, con los
propios habitantes de la isla, que solían ir por allí a tomarse una copa.

Al día siguiente de la llegada, hice arroz a banda, con los peces que habíamos
capturado en María Galante. Es común, que para comer este tipo de plato, se
acompañe con una salsa de ajo-aceite (alioli), pero mi madre, en casa, jamás
la utilizaba. Así que yo, como procuro ser un buen hijo, sigo los consejos de
mi madre y no pongo alioli al arroz a banda, ni limón en la paella. :cagoento:

:cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao:

Ciertamente, como comentaba mi difunta madre, si pones un buen pescado,
es una lástima enmascarar su sabor, añadiendo una salsa. Algo similar ocurre
con el pescado o el choco frito, que suelen acompañarlo con unas rodajas de
limón. Si es un buen pescado, fresco .... ¿lo vas a estropear?.

Coincidió aquella tarde, con el partido Manchester City - Barcelona. En el bar
no había tanta expectación como cuando juega el PSG, por lo que pudimos
ver el partido cómodamente, después de comer.

Y cuando Piedi se sintió en condiciones de navegar, volvimos a soltar amarras.
Navegaríamos "del tirón", desde Guadalupe hasta Martinica (Fort de France).
De salida, había que poner rumbo sur, a Pointe Ronde, en el NW de Dominica,
dejando a María Galante por Babor y Los Santos por estribor.

Las primeras 35 mn, las haríamos atravesando el canal entre Guadalupe y
Dominica, con vientos del través, de fuerza 5/6. Buen comienzo, aunque un
poco movido. No era lo ideal para nuestra convaleciente amiga, pero no se
podía hacer otra cosa.

Una vez sobrepasado el extremo norte de Dominica, el viento amainó y la
mar se serenó. Hubo que arriar velas y arrancar uno de los motores. Ahora
le tocaba descansar a nuestra enferma.

Dominica es una isla extensa; alargada de norte a sur, por lo que íbamos a
navegar a su resguardo, a lo largo de unas 25 mn. Con la máquina contenida,
haríamos unos cinco nudos, por lo que tardaríamos otras tantas horas, en
rebasar el extremo sur de las isla.

La noche cayó en este tramo y se veían las luces de los pueblos costeros.
Al pasar ante Roseau, capital del país, pudimos denotar el olor típico de las
alcantarillas, que vierten residuos al mar sin depurar. Aunque dimos dos o
tres millas de resguardo, el tufillo nos alcanzaba.

Y tras rebasar el extremo sur de la isla, el viento volvió a aparecer, más
fresco aún que en la mañana. En la oscuridad de la noche, los golpes de las
olas contra el costado del barco, pueden resultar estremecedoras. Al no
escorar, el cata siempre ofrece una pared vertical, donde las olas muestran
toda su furia. Ya son muchos los golpetazos que llevo oidos, por lo que soy
consciente, de que eso forma parte de la propia navegación, pero hay algunos
tripulantes a los que sorprende e intimida. Procuro hacerles ver que es solo
una característica del barco en el que vamos y que no nos va a pasar nada.

El amanecer nos sorprendió a la altura de Cap Enrage, junto al pequeño
pueblo de Case-Pilote, a unas seis mn de Fort de France. En poco más de una
hora, estaríamos echando el ancla.



Continuará ....


Salud y :brindis:

El Temido II 31-03-2020 11:25

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
La mañana se presentaba con varios nubarrones, que hacía presagiar lo peor,
aunque no por ello menos habitual. Siempre que nos disponíamos a hacer una
maniobra de fondeo, igual daba que fuera para largar el ancla, como para
levarla, había una altísima probabilidad de que se pusiese a llover. Como si las
nubes nos estuviesen acechando y en cuanto se percataban de que Carlos
estaba dentro del pozo de anclas, con el mando del molinete en la mano, daban
la orden de descarga. Pero como son allí los aguaceros, fuertes, con unas gotas
gruesas y abundantes. La parte buena, es que a los 10'/20' minutos, amaina
y puede volver a salir el sol de inmediato.

A medida que avanzábamos, la costa se veía más poblada y tras doblar Pointe
des Negres, viramos ligeramente a babor, poniendo rumbo este. En frente, a
casi milla y media, teníamos Fort Saint Louis. Por babor, íbamos divisando la
ciudad, con sus muchos y coloridos edificios.

Fort de France es la capital de Martinica. Su población debe estar en torno a
los 100.000 habitantes, que si bien para nuestra idea de capitales, nos pudiera
parecer pequeña, para una isla de un tamaño similar al de Lanzarote, se podría
decir que es más bien grande. Hasta ese momento, la mayor ciudad en la que
había estado, desde que desembarcamos en el nuevo mundo.

Nos fuimos adentrando el en fondeadero, sorteando primero el enorme pantalán
de los típicos ferry's de crucero, que te encuentra por la mayoría de los puertos
de ciudades importantes. Una vez rebasado éste, a babor se veían otros
pantalanes, de menor envergadura, destinados a pequeños barcos "de línea",
que conectan la ciudad, con las poblaciones del otro lado de la bahía: Lazaret,
Les Trois Ilets, Arlet ...

Hablando con otros navegantes, me comentaban que no les gustaba estar
aquí fondeados, por la ola que dejaban estos ferry`s, en su ir y venir de un
lado a otro de la bahía. Particularmente, a mi no me pareció tanto. Y además,
cuando cae la tarde cesan en su actividad, por lo que durante la noche, te
dejan dormir a pierna suelta.

Nos adentramos al máximo, aprovechándonos de nuestro poco calado, con
la idea de echar el ancla lo más cerca del castillo y da la pequeña playa que
hay junto a él, como prolongación de un enorme dingómetro, que une a ésta
con los pantalanes de los barcos comerciales. Así obteníamos tres ventajas:
1ª) Estar más protegidos del viento.
2ª) Cerca de la playa (para ir nadando) y del amarre de los auxiliares.
Y 3ª) Lejos de los ferry's de linea, para evitar en lo posible, el efecto de su ola.
Nos afectaría tan poco el viento, que las más de las veces, daríamos la popa
al Fuerte de San Luis y la proa al resto de los barcos.

Pues llegando al punto descrito, le dije a Carlos: "ahora que las nubes no te
ven, ponte a los mandos del molinete y largamos el ancla". Pero no lo dio
tiempo a llegar, nada más levantar la tapa del pozo de anclas, el agua empezó
a caer, como cuando uno abre el grifo de la ducha ... ¡¡y hay buena presión!!.

:cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao:

Ya estábamos acostumbrados y resignados, a hacer algunas maniobras al
tiempo que nos remojábamos. Por suerte, la puedes hacer en bañador, por
lo que luego solo hay que secarse.



Continuará .....



Salud y :brindis:

El Temido II 31-03-2020 11:32

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
El Fodeadero, la pequeña playa de la Française, el dingómetro, los pantalanes
de los barcos de línea y el gran pantalan de los Ferry's de crucero.


https://media-cdn.tripadvisor.com/me...france-bay.jpg
(Foto: TripAdvisor)


Salud y :brindis:

El Temido II 01-04-2020 11:16

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Un día cualquiera, donde vemos a Carlos en el pozo de anclas, presto a
largarla, momentos antes de que caiga un chaparrón.


:cunao: :cunao: :cunao: :cunao: :cunao:


https://fotos.subefotos.com/a38c9137...e567c3d1ao.jpg



Salud y :brindis:

El Temido II 01-04-2020 12:48

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Fort de France es una ciudad bulliciosa. Su centro comercial, plagado de
comercios de todo tipo, está lleno de lugareños, que vienen a comprar desde
cualquier punto de la isla. Por fortuna, el fondeadero está solo a unos metros
de él, por lo que no hay que hacer grandes desplazamientos cuando bajamos
a tierra.

Junto a los muelles de los barcos comerciales de transportes, se encuentra la
estación de autobuses, completando así la movilidad por la isla. Haces el
trasbordo del autobús al barco (o viceversa), en un mismo punto.

Los autobuses de línea ordinarios de Martinica (y en la mayoría de las islas
del Caribe), no son lo que acostumbraos a ver en nuestras ciudades. Son
furgonetas, más o menos grandes, adaptadas al transporte de pasajeros y no
mercancías. Tampoco tienen unos horarios muy marcados, más bien son
orientativos. Suelen esperar a que el "aforo" esté casi completo, antes de
salir.

Nos acercamos a tierra con la auxiliar y lo primero que me llamó la atención
fue el espléndido dingómetro que tienen donde amarrar los anexos. Un frontal
de 120 metros de pantalán, de madera tropical, con 6 u 8 metros de anchura.
Dando al parque de La Savane, el pulmón del centro de ciudad, donde se puede
ver una estatua de la emperatriz Josefina.

A la izquiera, la estación de autobuses y ferry's. Y frente a ésta, junto al
parque, el centro de la ciudad. Todo muy a mano.

La entrada a Martinique se hace en una tienda náutica llamada Sea Services,
cerca del centro de la ciudad, a continuación de la estación. Por suerte, no
cobran por usar el ordenador. De paso, aprovechamos para reponer algunas
de las cosas que se habían roto a lo largo de la travesía.

Las calles del centro, libres de tráfico, son una estampa del colonialismo
francés, flanqueadas de elegantes edificios. Las panaderías, que no podían
faltar, hornean baguettes constantemente, esparciendo su aroma de manera
inmisericorde, que hace que mi instinto caiga lo más bajo posible y no
pueda resistirme a sus "encantos".

Tiendas de todo tipo, se suceden una tras otra, con sus coloridos rótulos.
Vendedores ambulantes, ofreciendo frutas frescas y dulces. Restaurantes
y Cafeterías, con sus terrazas al aire libre. El Gran Mercado o Mercado de las
Especies, de estructura metálica, donde encontrará cualquier cosa. O el
centro comercial, en el que su ubica un supermercado, de una conocida
marca francesa. Farmacias, librerías, cafés de Internet... todo lo que se
puede necesitar, lo encontraremos aquí.

La librería de Schoelcher y la Catedral de Saint Louis, son los monumentos
más emblemáticos de la ciudad.



Continuará.....



Salud y :brindis:

El Temido II 02-04-2020 13:01

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Tras un par de días conociendo la ciudad, llegó la hora de partir de los amigos
Carlos y Piedi. Hasta pasados once días más, no vendría nueva tripulación,
por lo que me iba a pasar una temporadita solo en el fondeo.

El Temido lll no está preparado para navegar en solitario. Incluso para la
maniobra de levar anclas, es preferible hacerlo entre dos (uno en el molinillo
y otro a la rueda). Por este motivo, habíamos buscado un excelente lugar
donde largar el ancla. Entre Fort Sant Louis y la playa de La Française. A unos
100 metros de ambos y con una sonda de unos dos metros, para pasar allí
los días que faltaban hasta que llegase el relevo de la tripulación.

Con la ciudad a un paso, todos los servicios estaban disponibles. Bares y
restaurantes. Tiendas. El mercado. Las seductoras panaderías. El centro
comercial (al más puro estilo europeo), con supermercado incluido. Las
cafeterías, con su "wifi" libre. Tenía claro que no me iba a faltar de nada.
Pero lo que si dudaba, era como iba a responder ante 11 días solo en el
barco. Sin la compañía de los amigos. Porque en lo que se refiere a la
intendencia (cocinar, limpiar, abastecerse, etc...) ya uno es mayorcito y se
las apaña bien. Pero tenía la sensación, de que se me podían hacer muy
largos los días. Aunque la experiencia de pasar semanas de "Rodriguez"
o de hacer otros viajes en solitario (por tierra, claro), me daban cierta
tranquilidad.

Sin hacer ningún propósito en concreto, fue surgiendo una especie de rutina,
que iba completando cada día. Ya sabemos que el hombre es un animal de
costumbres. Y poco a poco, emanaron unas pautas, que iban dando sentido
al quehacer cotidiano. Nadar un poco por la mañana, el desayuno, bajar
a tierra, ir a la cafetería y conectarse un rato, para despachar con la
familia y amigos, pasear por la ciudad, hacer una pequeña compra (para no
ir muy cargado de vuelta), regresar al barco para cocinar, comer y dormir
una agradable siesta. Un baño al levantarte. Un paseo por el parque o un
rato en la playa, antes de que se ponga el sol. La copa al ocaso. Una peli
antes de una ligera cena. Un rato de lectura para rematar el día ....... al
final, me faltaba tiempo. :cunao: :cunao: :cunao:

Así fueron pasando los días. De vez en cuando, rompía la rutina quedándome
a comer en algún restaurante o yendo a algún pueblo vecino, aunque lo
impuntual de los pequeños autobuses, no me animaban a ello en exceso.

Con el paso del tiempo, cada vez me encontraba más relajado. Y así, casi de
repente, llegó el momento de ir a recoger a los cuatro amigos que venían
a estar más de dos semanas abordo. Al final, los días resultaron cortos.

Alquilé una pequeña furgoneta el día antes, para que cupiese todo el equipaje.
Y acerté de pleno, porque venían bien cargados. Antes de pasarme por el
aeropuerto, me llegué a Le Marín, para saludar al cofrade iMystic, que viajaba
con su cata camino de Tobago Cays, donde nos encontraríamos más adelante.

El avión llegó puntual y poco después de las 21:00' el cofrade Nunki, con
su señora y sus simpáticos amigos Rafael y Cecilia, hicieron acto de presencia.
Una inyección de alegría invadió mi cuerpo. En un instante, pasé de la paz
y el sosiego, a la dinámica vitalidad de los recién llegados, sin inmutarme.



Continuara....


Salud y :brindis:

El Temido II 03-04-2020 14:02

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Aunque en el avión dan la cena a los pasajeros, como quiera que con la
diferencia horaria, un día de vuelo hacia el oeste, se alarga 4 ó 5 horas,
le había preparado a los nuevos amigos, una cena, a modo de bienvenida,
con, entre otras cosas, un par de platos de jamón de bellota. Y fue un acierto
pleno, a tenor de la fiesta que le hicieron.

A la mañana siguiente, antes de ir a entregar el coche, fuimos al supermercado
e hicimos una compra tipo "confinamiento".... pero sin tanto papel higiénico. :cunao:

Aprovechamos el resto del día para que visitasen la ciudad. Y por la tarde
noche, dilucidamos los planes de los siguientes días. La idea era navegar
hasta Unión, que forma parte de Las Granadinas de San Vicente y volver.

Antes de zarpar, hubo que bajar a tierra para hacer la salida. Es algo que
se repite constantemente, navegando por estas aguas, ya que los países
son tan pequeños, que cambiar de isla, conlleva salir de un país y entrar
en otro. Incluso cuando se pasa de Guadalupe a Martinica, aunque se siga
en Francia, hay que hacer el trámite, ya que se pasa por aguas de Dominica,
que es independiente.

La primera "parada" la hicimos en el Grande Anse d'Arlets. Una bonita y
amplia bahía, con un gran número de boyas gratuitas donde amarrar. Tenía
que cambiar uno de los ánodos de la hélice del motor de babor, por lo que
no fuimos muy lejos. Siete millas náuticas, separan el fondeo de Fort de
France de la bahía donde amarramos; en poco más de una hora, ya
estábamos dándonos un baño en sus cristalinas aguas.

Antes de comer, hicimos el cambio de ánodo, que al ser bajo el agua y a
pulmón, nos llevó un buen rato.

A cuarenta millas al sur, nos espera al día siguiente Anse Pitons, con los
míticos "Pitones de Santa Lucía" (Petit Piton y Gros Piton). La bahía es
encantadora, pero poco protegida.

A la altura de Soufriere, pequeñas embarcaciones de madera, salían al paso
para ofrecernos distintos productos locales (fruta, verduras, pescado ...) y
boya donde amarrar. Aunque les indicases que no necesitabas nada, ellos
insistían tozudamente, pareciéndose aquello más a un acoso que a una
técnica agresiva de ventas. Yo ya estaba advertido de las prácticas de los
nativos, desde Martinica hacia el sur, pero a mi nueva tripulación, que son
"un cacho de pan", los pilló por sorpresa. En estos casos, lo mejor es decir
que no hablas inglés (lo que por mi parte es rigurosamente cierto) y que no
necesitas nada. Sigues a tu rumbo, hasta que desistan de navegar en
paralelo a ti. Hay que estar atentos, para que no se agarren a la batayola
del barco.

En Anse Piton, nuevamente se nos acercó una pequeña embarcación, para
vendernos sus coloridas frutas y ofreciendo su ayuda para encapillar la
boya. Carlos y compañía, pensaban que pagándole a aquel señor, habíamos
cumplido con el propietario del campo de boyas (que es propiedad pública),
pero más adelante, cuando se personaron los Rangers, en su buena lancha,
con sus impecables uniformes y nos pasaron la factura, entendieron todo lo
que les había estado explicando al respecto. Es práctica habitual, tanto en
la parte sur de Santa Lucía, como en San Vicente y Las Granadinas, que los
nativos "se busquen la vida" intentando vender productos locales (un poco
más caro que en los mercados) y ayudando a amarrar a las boyas. Pero
aunque te hagan ver que "son los dueños de la boya", luego vendrá la
autoridad a cobrarte y tendrás que volver a pasar por caja.

La siguiente parada sería en Bequia, la primera isla de las Granadinas. Allí
haríamos la entrada, saltándonos San Vicente, ya que es, bajo mi punto de
vista, el lugar menos seguro de todas las Antillas Menores. Y aunque Bequia
pertenezca a San Vicente, al ser una isla muy pequeña, la delincuencia
está más controlada, de ahí que en el fondeo de Admiralty Bay, se agolpen
infinidad de veleros, contrastando con las poco frecuentadas calas de la isla
principal.

Admiralty Bay, de aguas cristalinas, tiene un área de casi un kilómetro cuadrado,
lo que puede hacer que estés fondeado a casi media milla del muelle de
desembarco. Ahí es donde se agradece, tener un anexo semi-rígido, con un
motor de 8 ó 10 cv que lo haga planear, aunque solo sea con dos a bordo.

A pesar de que la ciudad no es muy grande, será la mayor que veamos en todas
las Granadinas. Y la más surtida. Aunque llevábamos la despensa llena,
nunca viene mal incorporar algunos víveres más, sobre todo en esta zona,
en la que no se sabe que se va a encontrar la siguiente vez que vayas al
mercado, por lo que Rafael y las señoras, se fueron de compras, al tiempo
que Carlos (Nunki) y yo hacíamos la entrada al país y pasábamos por el
banco a cambiar euros por moneda local (EC$ o Dólar del Caribe Oriental).
Es bueno llevar efectivo del país, porque si pagas con dólares o euros, el
cambio que te van a aplicar los comerciantes, siempre será peor que el de
la entidad financiera. Ellos suelen decirte el precio no en su moneda, sino
en la tuya, porque aunque el importe sea mayor que si le pagas con EC$,
por el abuso en el redondeo, a ti te parecerá un buen precio, ya que el país
no es caro.

Siguiendo con el deambular por estas islas, dos días después zarpamos
rumbo a Mustique, una isla propiedad de una empresa con su mismo nombre
y que representa a los propietarios de los inmuebles de la isla. Pequeñas
carreteras, muy bien asfaltadas, sirven de conexión entre las distintas
villas de las isla, el muelle del ferry, la pista de aterrizaje y El hotel Cotton
House, con un alto nivel de servicio, similar al de sus precios.

Britannia Bay es el lugar de fondeo, que está regulado con boyas. Las
administra la empresa Mustique y es a quien hay que abonarle unos 200 EC$
por noche (70€). Nada más llegar, uno empieza a ver que aquello es otra
cosa. Un lugar privado, en el que los propietarios solo dejan que te asomes
si pasas por caja, ya que mientras queden boyas libres, no se puede largar
el ancla.

Junto al muelle del ferry, se encuentra el Basil's Bar, un atractivo local, donde
se celebran diversos eventos.

La isla se encuentra unas 10 millas al este que el resto de las Granadinas,
por lo que llegar a esta ella, supone hacer una remontada, teniendo que
ceñir un buen rato, desde que se dobla Pigeon Island, un islote al sur del
extremo oeste de Bequia.

La siguiente isla es Canouan, que forma una enorme bahía, Charlestown Bay,
y más concretamente, su parte central, Grand Bay, es el único fondeo viable
de la isla. Manolo (iMystic), no me recomendó la isla, porque, según él, las
aguas de la bahía no eran lo cristalinas que en otros lugares, por lo que
decidimos continuar hacia Mayreau y Los Cayos de Tobago.

Mayreau tiene tres zonas donde poder fondear. Al norte, Carnash Bay; un
pequeño enclave, pero muy concurrido. La zona de boyas está bien resguardada,
no así la zona de anclaje. En el centro, la menos frecuentada, Twassante Bay.
Y Saline Bay, al SW, que es el anclaje principal de Mayreau y donde echamos
el ancla, para pasar la noche.

Una pequeña población, en la ladera de una colina, flanquea la subida hasta
la iglesia, desde donde hay una inmejorable vista de los cayos.

Antes de entrar a Los Cayos, iríamos a Clifton, en Unión Island, la segunda
isla en importancia de Las Granadinas que pertenecen a San Vicente. Para
pasar cogimos una boya, por la que pagamos a la persona encargada.
Dedicamos la mañana a visitar la ciudad y a intentar comprar algo de lo que
escaseábamos. Pero en estos lares, a veces es complicado conseguir avituallarse.

A la vuelta, vimos que El Temido lll se encontraba abarloado a un gran
catamarán y que nos habían soltado de la boya. Me dirigí a las oficinas de
quien gestionaba las boyas y me dijo que la persona que me había cobrado,
no era de la empresa. Cosa que no era del todo cierta, pues yo lo había visto
allí mismo, en el despacho de quien me estaba atendiendo. Se lo expliqué
lo mejor que pude y le dije que o me devolvían el dinero, o me daban otra
boya. Y que no me marcharía hasta que se solucionase el tema, previa
llamada a la policía. Como quiera que en el pequeño puerto, también había
varios restaurantes, nos quedamos a comer en uno de ellos (la compra no
había sido efectiva y decimos reservar los víveres, para los próximos días en
Los Cayos).

Antes de los postres, se nos acercó a la mesa un empleado del puerto,
comunicándonos que el incidente estaba resuelto. Si nos hubiésemos
achantado, habríamos perdido el dinero. Tampoco era cuestión de ponerse
bravo; simplemente mantener la calma y los buenos modales, pero siendo
inflexibles.

Tras un día en Clifton, zarpamos hacia Los Cayos, para entrar por la parte
sur, que la veía más segura. Aunque el agua se ve muy somera y salpicada
por infinidad de arrecifes, la cartografía es buena y el GPS te ubica bien, por
lo que, sin dejar ni un momento la observación directa, nos dispusimos a
adentrarnos en aquel laberinto, en busca del fondeo que me había indicado
Manolo (iMystic) que me estaría esperando. Y tenía que encontrarlo, ya que
había comprado las langostas, para hacerlas con arroz. :cunao: :cunao: :cunao:

Entramos por la amplia boca sur, pasando luego entre los islotes Jamesby y
Petit Bateau, para, por último, dirigirnos a la isla Baradal, fondeando en
su extremo SW.

El lugar es precioso, pero no está totalmente protegido y la mar pasa por
encima de los arrecifes, con lo que el oleaje, de entre 20 y 40 centímetros,
es constante. Como se trata de un parque natural marítimo, las autoridades
cobran un canon por noche que pases allí. Todos los días pasa la policía
encargada de ello, con su lancha oficial, cobrándote la cuota correspondiente.
También pasan embarcaciones, ofreciéndote pan, verduras, frutas, etc... Te
puedes abastecer de lo esencial, sin salir del fondeo, pero, evidentemente, a
un precio más elevado.

Manolo se presentó con dos langostas enormes, de más de 2 kg cada una.
Quedamos en que un día haría una con arroz y al otro, haría una fidegüá.

Muchos de los navegantes, como entretenimiento, se dedicaban a hacer
kitesurf en las zonas que dejan libres los boyas veleros.

Sin lugar a duda, Los Cayos de Tobago es un lugar a visitar, por todos los
navegantes que pasen por el Caribe.



Continuará .....


Salud y :brindis:

El Temido II 04-04-2020 12:05

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
En Pitons Bay. Al fondo Petit Piton. Rafael, un servidor y Carlos (Nunki).


https://fotos.subefotos.com/3e5e96c2...d6a665f10o.jpg



Salud y :brindis:

El Temido II 04-04-2020 12:14

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Preparando en ánodo, antes de la inmersión, en Grande Anse d'Arlet.


https://serving.photos.photobox.com/...7f31597f59.jpg


Salud y :brindis:

El Temido II 06-04-2020 13:58

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
La fidegüá del segundo día, no se le olvidaría tan fácilmente al amigo Pablo,
el tripulante del iMystic. Un chico noble, estudiante de arquitectura, al que
le quedaba poco para acabar los estudios y tener que trabajar.

Tras dos noches en los Cayos, iniciamos el retorno. La primera parada, la
haríamos cerca, en la misma isla de Mayreau, que cierra el parque por el
oeste. Y donde fondeamos al llegar, pero esta vez nos iríamos al norte, a
Carnash Bay. Un pequeño rincón, donde los puntos más resguardados, están
ocupados por boyas. Y todas las boyas estaban cogidas, por lo que largamos
el ancla en el punto más al norte posible, frente a un pequeño istmo, que
une la isla principal, con una minúscula península, que nos protegería de los
vientos del NE.

El lugar estaba muy concurrido; la mayoría de las embarcaciones, pertenecían
a flotas de chárter y sus tripulaciones eran, claramente, jóvenes con ganas
de fiesta, pero poco avezados en el manejo de embarcaciones. Por suerte,
algunos llevaban patrón, por lo que te podías preocupar menos por esos.
Ha sido el punto, donde más se me ha parecido el Caribe al Mediterráneo.
La música y la gente tomando copas en los chiringuitos de la playa, me
recordaba a algunas tardes en Formentera o Ibiza. Pero al menos, sin tanta
aglomeración y sin tanto estruendo.

A la mañana siguiente, zarparíamos rumbo a Bequia y su Admiralty Bay,
donde se encuentra Port Elizabeth y las oficinas donde hacer la salida del
país.

La siguiente navegación, un día después, nos llevaría hasta Chateaubelair
Bay, unas 20 mn al norte, en la propia isla de San Vicente. Una enorme y
solitaria bahía, en lo que a navegantes se refiere. Las blancas casas del
pequeño pueblo de pescadores que hay al fondo, se destacan entre la profusa
vegetación que lo rodea. A medida que nos acercamos, nos visitan los
lugareños, en sus barcas de madera, ofreciendo distintos productos y
ofreciéndose para ayudarnos a fondear. La zona que hay frente al pueblo, no
resulta del agrado de todos los que vamos a bordo, por lo que decidimos
largar el ancla, en la parte NE, donde ya había otros dos veleros. Juntos,
pero no revueltos, porque hablamos de un cuarto de milla para repartirnos.

Las típicas audiencias de los lugareños, no se hicieron esperar. Les dije a mis
amigos, te guardasen todos los objetos de valor que llevasen, con la idea
de que no los vieran los visitantes. Puede parecer desconfiado ... y si, lo
soy. Estábamos en la isla con más incidencias, de todas las Antillas Menores
y toda prudencia es poca. No va a ser la primera vez, que alguien vea
objetos de valor en un barco, se lo comente a otros (inocentemente o de
manera organizada) y estos terminen perpetrando un asalto al barco, con
la intención de robar. Si no ven ordenadores, tablets, teléfonos móvil, joyas,
cámaras de foto... incluso la electrónica del barco, mejor.

Sin incidentes reseñables en el resto día, excepto que Cecilia se animó a
cortarme el pelo, nos dispusimos para zarpar al amanecer. La travesía de
este día, nos llevaría hasta Rodney Bay, al norte de Santa Lucía, punto de
recalada que compite con Le Marin, entre los navegantes transoceánicos,
que eligen como punto de arribada, la zona central antillana. Aunque tras
la visita, tengo que reconocer que Le Marin, está muy por delante de Rodney
Bay, al menos en lo referente a número de embarcaciones. Tanto fondeadas,
como amarradas a puerto.

También lo está en cuestión de suministros. Ya sean víveres, ya sean piezas
de repuesto. Por contra, la ventaja de Rodney Bay, la lleva en la mano de
obra de los profesiones náuticos. Primero por su disponibilidad: se encuentra
más fácilmente que en Le Marin. Y también por su precio más económico.
Más ajustado a nuestra economía. Los precios en Le Marin, son franceses de
ultramar, mayores que en España.

Y la última de las travesías con estos amigos, nos devolvería al Fort de France,
donde hacer la entrada nuevamente a Martinica, esperar el regreso de Urtzi
y despedir al otro Carlos (Nunki), Rafael y sus señoras.



Continuará ......



Salud y :brindis:

El Temido II 07-04-2020 17:28

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
La bahía de Fort de France, nos recibió con un aguacero, en el que los vientos,
pasaron súbitamente, de 15 a 30 nk, por lo que tuvimos que estar muy
rápidos, para reducir trapo.

Pero, como ya he narrado alguna otra vez, igual que llegan, se marchan.
Una fuerte descarga de unos diez minutos y vuelta a la paz. El sol luce de
nuevo y el viento amaina.

El Fuerte de San Luis, erguido sobre el acantilado, nos esperaba inalterable.
Sus altas murallas, nos volverían a servir de refugio de los vientos dominantes.

Supongo que alguna vez, habéis llevado a bordo a alguna de esas personas,
que son muy apañadas con las reparaciones. Esas que "si no se rompe nada,
se aburren, ya que no hay nada con lo que entretenerse arreglándolo". Pues
este era el caso de Rafael. Quitando el ánodo que tuvimos que cambiar, nada
de reseñar nos había ocurrido. Y estaba deseando de llegar a Fort de France,
para desmontar la bomba de refrigeración del motor de babor, ya que había
observado que muy de vez en cuando, tiraba una gotita de agua. Tan solo
se trataba de cambiarle el retén, cosa que pensaba hacer tras su partida.
Pero no hubo manera de parar a Rafael. Nada más llegar, se "tiró de cabeza"
a la cámara del motor. :cunao: :cunao: :cunao:

A la tarde siguiente, llegó Urtzi, con energías renovada. Casi un mes había
estado en casa y tenía ganas acumuladas de volver a navegar.

Tras despedir a Nunki y compañía, con muchas rondas de mojitos por medio,
pusimos rumbo a Le Marin, "La Meca" de las recaladas del nuevo mundo.
Poco más de 20 mn nos separan. Salir de la bahía e ir dejando la costa por
babor, hasta llegar a la altura de Pointe de Diamant, es un tramo fácil de
navegar, pero una vez que la doblas y pasas entre ella y Rocher du Diamant,
un islote que hay una milla al sur, se toma rumbo este, por lo que te das de
frente con todo el viento y toda la mar. Afortunadamente, solo son siete mn.

Durante la travesía, a la altura del Anse de Trois Rivieres, una voz femenina
suena en la radio, llamando mi atención. "Cocúa, Cocúa, Cocúa, me recibes".
No era habitual oír a nadie hablar en español. Y menos por la VHF. Dejé que
continuase con la llamada, a la espera de que contestase el tal "Cocúa".

Tras un par de intentos más, volvió el silencio. Y El Temido lll, impasible,
mantenía su derrota.

Un tiempo después, cuando avistábamos Santa Ana por nuestra amura de
estribor, la voz resonó de nuevo: "Cocúa, Cocúa, Cocúa,... me recibes".
Tras el segundo intento y a la vista de que el tal "Cocúa", ni estaba, ni se
le esperaba, levanté el micrófono de mi radio y espeté: ¿Quien llama al
Cocúa?.

Se trataba de Maribel Arévalo, la esposa de Julio Coscolla, armadores del
Cibeles. Aunque personalmente no les conocía, ya tenía noticias de ellos,
a través del común amigo Kaia, con los que se había encontrado años atrás,
en las islas de sotavento.

Estaban en Le Marin, preparándose para volver a España, tras muchos
años (desde 1986 aproximadamente) que llevaban navegando por el mundo.

En esos momentos esperaban de la llegada de José María Ripoll (Cocúa),
que venía desde Argentina, también de regreso a casa.


Continuará ......



Salud y :brindis:

El Temido II 08-04-2020 18:19

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Dar con el Cibeles en el enorme fondeadero de Le Marin, poblado por miles de
barcos, fue sencillo. Las indicaciones de Maribel, precisas, nos llevaron a sus
inmediaciones y la imponente figura del barco, un Petite Prince en acero, de 13
metros de eslora, pintado de azul, que ya conocíamos por haber visto alguna
foto, lo terminó por delatar.

A media tarde, apareció el Archibald, con su patrón y único tripulante a bordo:
José María Ripoll "Cocúa".

Ambos tenían la intención de atravesar el Atlántico, de vuelta a casa, en cuanto
las condiciones lo permitiesen. Pero estábamos a finales de Marzo y aún se
puede considerar pronto para ello. Lo usual, es que los veleros empiecen la
vuelta en Mayo, incluso los hay que ya a finales de abril, se aventuran. Y también,
los que esperan a primeros de Junio. De todas formas, la travesía de vuelta
dispone de un espacio de tiempo más reducido que la ida. Si la haces demasiado
pronto, las borrascas invernales que se generan en Terranova, pueden amargarte
el viaje. Si lo pospones mucho, en Junio comienza la temporada de huracanes
y te puede alcanzar alguno, si cuando toman la "recurva", su trayectoria se
desvía hacia levante y se cruza en tu camino. Poco probable, pero no imposible.

Cocúa iba a salir pronto, pero tenía clara su estrategia. Ante el aviso de la
llegada de una borrasca, ganaría sur, para acercarse al anticiclón y así dejar
pasar el frente. Por suerte, en la actualidad disponemos de una información
meteorológica fiable y accesible en alta mar. Evidentemente se tarda más
tiempo, pero si no hay prisa, tampoco es un gran inconveniente.

Por contra, a los amigos Julio y Maribel, se le complicarían las cosas, tanto
en lo personal (un problemilla de salud hizo venir a España a Maribel), como
en la intendencia del barco (las típicas reparaciones que se complican más de
la cuenta), por lo que tuvieron que posponer el regreso al año siguiente.

El Temido lll permanecería en Le Marín hasta el 6 de Abril, que vendrían a
visitarnos un par de amigos, a navegar una semana con nosotros. Aprovechamos
para avituallarnos tanto de víveres, como de bebidas (cajas y cajas de cervezas,
pues los visitantes, eran buenos "soplando"), como de todo tipo de enseres
necesarios a bordo, ya que esa ciudad, es el mejor punto de toda Martinica
donde encontrar cualquier cosa y al mejor precio.

Al fondo del Cul de Sac de Le Marin, en el punto más al este, se encuentran
dos enormes puertos deportivos, con cientos de amarres, que sirven de base
a numerosas empresas de alquiler de barcos. Mayormente catamaranes. Si
aquí, en nuestras costas, los catas son algo minoritario, en el Caribe y sobre
todo, en los lugares más pintorescos, la afluencia de los multicascos, es muy
igualada, incluso a veces mayor, que la de los monocascos. Allí El Temido lll
dejaba de ser una novedad, para convertirse en uno más.

Buenos bares y restaurante, a la vez que caros, se distribuyen por las marinas
y sus alrededores. Así como variadas tiendas de todo tipo, especialmente de
suministros para la náutica. También supermercados, con un amarre para
los anexos, junto a los puntos donde se dejan los carros, te permiten hacer
las compras de manera cómoda. La gasolinera estaba justo entre los dos
puertos. Y la bombonas de gas se podían comprar a pocos metros de allí. Lo
que no se encontrase en el mismo puerto, se encontraba en los aledaños y
cerca de un punto donde aproximar la auxiliar, para subir la carga y llevarla
por mar hasta el barco. Todo muy pensado para negociar con los navegantes.

Durante lo días que estuvimos fondeados junto al Cibeles y el Archibald,
también anclaron cerca nosotra, una familia portuguesa, que navegaba en
su catamarán de 38', con un par de niños. O una espléndida goleta, de unos
19 metros de eslora, llamada Fidelity Doblón, patroneado por Pedro, al que
acompañaban su novia y Jorge.

Mojitos en el Mango Bay y reuniones a bordo, nos servían para pasar el rato
y contarnos todo tipo de aventuras y desventuras surgidas a lo largo de
nuestras vidas. Lo que se suele conocer por "contar batallitas". Como
ejemplo, Julio comentó que José María "Cocúa", había hundido dos barcos.
Y éste, como el que no quiere la cosa, dijo: "es verdad, pero me estoy
quitando". :cunao: :cunao: :cunao:

Otro dato de interés, aunque no tiene relación con lo ocurrido allí en aquellos
días, si lo es por lo relevante del caso. El Fidelity Doblón, también estaba en
transito para volver a España. Cosa que, para su desgracia, acabó haciendo.
Pero tras atravesar el Atlántico de vuelta y pasar por Gibraltar, a la altura de
La Villa Joiosa, fue alcanzado por el Clara Campoamor, con daños graves.
Tantos, que obligó a su dueño a cambiar de barco.



Continuará .....


Salud y :brindis:

El Temido II 08-04-2020 18:34

Respuesta: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Comiendo un arroz. De izquierda a derecha: Jorge (tripulante del Archibalb,
que llegó en aquellos días, para acompañar a Cocúa en la vuelta), Julio (tras
el poste), de pie, Cocúa, sentados Maribel, un servidor y Urtzi.


https://fotos.subefotos.com/f5d7059e...0d87ac3cbo.jpg




Reunión vespertina (apuraron todo el ron :cunao:). Sentados en primera linea:
Carlos (Urtzi), Cocúa, yo y Jorge (el tripulante del Archibald). Atrás: Jorge (el
compañero de Pedro, del Fidelity), Pedro y su novia, Maribel y Julio.


https://fotos.subefotos.com/52102f1f...a666052a0o.jpg



Imagen de archivo del Cibeles:

http://adan.org.ar/web/images/storie...tes/cib.10.jpg



El Fidelity, tras la envestida del Clara Campoamor (fotos La Marina Plaza):

https://lamarinaplaza.b-cdn.net/wp-c...3-1024x768.jpg


https://lamarinaplaza.b-cdn.net/wp-c...06/Velero4.jpg


Salud y :brindis:

El Temido II 09-04-2020 19:01

Re: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Puntuales, el cofrade Doblejota y su amigo Ramón se presentaron en el Mango
Bay, con sus enormes maletas (que manía de traer tanto equipaje, cuando
luego lo único que utilizas es el bañador, un par de pantalones cortos y algunas
camisetas), dispuestos a navegar unos días. Celebramos la llegada, con unos
mojitos y nos fuimos al barco, donde teníamos prevista una buena cena.

A la mañana siguiente, tras despedirnos de los compañeros del Cibeles y del
Archibald, zarpamos para hacer una turné por Martinica. Nuestro primer
destino, tras dar unos bordos entre Pointe Borgnesse y Pointe Dunkerque,
fue la playa de Santa Ana. El fondeadero es muy amplio y está bien protegido
de los alisios, por lo que es habitual verlo lleno de barcos. De blanca arena,
sus cristalinas aguas invitaban al baño. Largamos el ancla en la zona norte,
entre el campo de fútbol y una especie de campamento. A menos de media
milla, teníamos el embarcadero para los dinguis, justo en el centro de la
alegre ciudad, repleta de bares donde poder tomar algo, tras un paseo.

Pasamos los días de un fondeo en otro, visitando muchos de los pintorescos
pueblos de la costa de sotavento: El Petit Anse d'Arlets, Sant Pierre, Le
Carbet, Le Lazaret, Les Trois Ilets ....

La noche que despedimos a JJ y Ramón, la pasamos, otra vez, a los pies de
Fort Saint Louis, para hacer la documentación de salida por la mañana. Tras
haber completado las provisiones del cata, nada más que nuestros amigos
tomaron el taxi con dirección al aeropuerto, Urtzi y yo levamos ancla y
pusimos rumbo a Venezuela. Un amarre en la Marina Bahía redonda, de
Puerto La Cruz, nos estaba esperando.

Una travesía de algo más de trescientas cincuenta mn, ya que no haríamos
rumbo directo al punto de recalada, sino que pusimos rumbo SW, a un
waypoint unas 20 millas al sur de la Blanquilla, para darle un resguardo de
otras tantas millas a Isla Margarita, ya que las noticias que manejábamos, la
consideraban potencialmente peligrosa.

El viento de aleta nos llevó en volandas. Las guardias la partimos en dos:
Carlos hacía la primera y a partir de las tres de la madrugada, se producía
el relevo y era yo quien me hacía cargo del barco hasta por la mañana.
Cuando olía el café recién hecho, se levantaba. :cunao: :cunao: :cunao:

Al paso por el sur de la Blanquilla, mientras rebasábamos Margarita,
apagamos el AIS, con la intención de no ser detectados por eventuales
"piratas". Esto nos llevó a tener que extremar la vigilancia durante unas
horas, pero era preferible a tener una visita no deseada.



Continuará .....



Salud y :brindis:

El Temido II 10-04-2020 18:51

Re: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Al caer la tarde del segundo día, nos quedaban unas 60 mn para llegar a
puerto, por lo que regulamos el velamen, para recalar a media mañana,
antes de pasar entre Chimana y la Borracha, islas que flanquean la bahía
de Puerto La Cruz, unas cinco millas al norte.

Los operarios de la marina, ya estaban al tanto y sabían de nuestra arribada.
Un amarre esperaba a El Temido lll, justo al lado de donde, cuatro años antes,
se había recostado el Bahía Las Islas.

Unas frías birras, obran milagro entre la simpática y amable marinería.

Con el barco bien amarrado, fuimos a visitar al amigo José Brotons, la persona
que nos había conseguido el amarre y que se encargaría del resto de gestiones
a realizar. Desde la entrada al país, como el consiguiente permiso para ir a los
Roques o las posteriores renovaciones de la estadía del barco en Venezuela,
mientras pasábamos la temporada de huracanes en España.

En Venezuela, al igual que en la mayoría de países de este lado del Atlántico,
es bueno tener alguien de confianza, para que te gestione la mayoría de los
asuntos. Por ese motivo, nos habíamos puesto en contacto con Brotons
desde Martinica, para que nos los llevara. Desde reservarte el amarre,
pasando por gestionar cualquier documento (dentro de la enrevesada
administración local), solicitar zarpes ... y, muy importante, cambiar euros
por bolívares. Lo que haga falta.

En los días posteriores, mientras nos llegaba el documento de salida para ir
a los Roques (no fuimos directamente a Los Roques, porque, en principio,
allí no se podía hacer la entrada al país; también porque queríamos tener
el amarre asegurado, pues en Abril suelen bajar de las Antillas Menores, los
navegantes para pasar la época de huracanes), lo pasamos en compañía de
varios españoles, un francés, un argentino, algunos venezolanos, etc... que
residían en la marina o pasaban allí la mayor parte de la jornada.

Así conocimos a Alberto, que navegaba en un clásico de 35'. había tardado
40 días desde Cabo Verde hasta Venezuela, en las misma fechas que nosotros
cruzamos a San Martin. Pero él había llegado a allí y no se había movido.

También a Víctor, del Va-Lent, cofrade de esta taberna, con su Oceanis 42, a
la espera no se sabe muy bien de que. Y su tripulante, paisano mío, Julián.

A Fabián, un argentino que residía en uno de los barcos. Y a una pareja formada
por un francés y una chica española, que tenían el barco en Margarita, pero
ante la mala situación de la isla, se habían trasladado a Puerto La Cruz.

Tras unos días de insistencia con el papeleo, José nos consiguió el zarpe. Se
presentó sobre las dos de la tarde. Y aquí, en cuanto te llega la notificación
te tienes que marchar. Así que sin dilación, soltamos amarras y pusimos
rumbo al archipiélago de Los Roques, a 160 nm en dirección NW.

Tras salir de la bahía, con las velas desplegadas, comenzamos la cabalgada
de cara a la noche, con la pretensión de llegar a primera hora del día, para
que nos diese tiempo a hacer todos los farragosos trámites que conlleva la
entrada al Parque Nacional.

Un buen viento de aleta, nos empujaba incansable, haciendo que la velocidad
del barco no bajara de los 9 nudos. Atentos toda la noche, fuimos avanzando
y al alba, se presentía nuestro destino. Poco después de desayunar, ya
bordeábamos Cayo Francisquí, para luego enfilar el Gran Roque, la única isla
poblada del archipiélago.



Continuará ....



Salud y :brindis:

El Temido II 11-04-2020 19:30

Re: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
El Parque Nacional de Los Roques, con una extensión marítimo-terrestre de
más de 1500 Km2, está compuesto por decenas de islas y cayos coralinos.
Dos barreras de arrecife, lo protegen por el este (13 mn) y por el sur (17 mn).
La zona sur, la ocupa una enorme laguna de aguas poco profundas (no
navegable) y por el norte del parque, se diseminan el resto de islas. La
principal es El Gran Roque, que recibe el nombre por la altura de sus montes
y no por su extensión. Es la silueta que se divisa cuando te aproximas al
archipiélago. Única isla poblada y allí se encuentran todas las autoridades.
Desde aduanas, la policía, el ejercito y los guardas del parque. Podéis ir
haciéndoos una idea, de todos los trámites que hay que completar.

Al noreste del Gran Roque, está Cayo Francisquí. Y sureste Madrisqui. Ambos
a poco más de media milla, por lo que suelen ser muy frecuentados por los
turistas que se hospedan en Gran Roque.

A medida que ganemos oeste y nos adentremos en el parque, nos toparemos
con Noronky, un cayo alargado, rodeado de tres islotes y con una buena
laguna interior donde fondear. Al sur está Crasqui, otro alargado cayo, que se
extiende esta vez de norte a sur, ofreciendo un amplio y protegido fondeo.
Al aproximarse, la sonda marcará menos de 5 metros, a más de medio
kilómetro de la orilla y muy poco a poco la profundidad disminuye, lo que
permite, dependiendo del calado de cada uno, aproximarse tanto como se
desee o pueda a la orilla. Y a continuación, se encuentra Agustín, una isla
con un refugio de pescadores y muy protegida para un eventual temporal.

Al oeste de Crasqui, está Espenqui, que se extiende de este a oeste. Y tiene
como continuación a Sarqui, que ofrece un bonito fondeo en la zona de
sotavento.

En la esquina NW de la gran laguna, Carenero remata el rosario de islas.
Con una forma parecida a una llave pico-pato de los fontaneros, en la parte
este, como envuelto por las dos pinzas, se enclava un fondeo de bastante
éxito, sobre todo entre los autóctonos del país, llegados mayormente de
Caracas.

En la otra esquina, la SW, Dos Mosquises nos ofrece otro fondeo seguro. Y
por el oeste, Cayo Agua, con sus cuatro islotes y su laguna central, cierra el
parque.

A pesar de las múltiples visitas que tendríamos que hacer esa mañana,
resolvimos los trámites con más celeridad de la que preveíamos. Al primer
punto que teníamos que dirigimos, siguiendo las indicaciones de José
Brotons, me dio la impresión que eran militares. Tras tomar nota de nuestros
datos y comprobar la documentación, el jefe del puesto, creo que tenía el
rango de teniente, nos acompañó por el resto de dependencias a las que
teníamos que ir, especialmente a la de los guardas del parque. Solo nos
quedó pagar en el banco las tasas, ya que a medio día, el banco cierra y
hubo que esperar a la tarde que abriese.

Con todo resuelto, ya solo nos quedaba movernos de isla en isla durante
los siguientes 15 días (máximo permiso que conceden). Si se desea continuar
en el Parque, hay que solicitar una prórroga y volver a pagar las tasas.

El pequeño pueblo que hay en Gran Roque, no debe tener mucho más de 1000
residentes. Aunque la población puede llegar a doblarse, por la afluencia de
turistas, ya que, aunque no hay grandes hoteles, si proliferan decenas de
"posadas", donde poder alojarse.

Los lugareños son amigables. El nivel de vida, aunque humilde, es más alto
que en el resto del país. El turismo da ocupación a pescadores, a los taxis
acuáticos, a los restaurantes y bares, a las posadas, a las tiendas, etc...
Se ve que todos tienen ingresos suficientes. Al ser un sitio pequeño y alejado
del continente, la sensación de seguridad es total.

Cuando bajaba al pueblo, para hacer compras, aprovechaba para jugar alguna
partida de dominó con los vecinos. Nada más ver que estabas observando,
frente a sus terraza, como jugaban, te ofrecían que pasases y te sentases
con ellos a jugar una partida. Y cuando te veían al día siguiente, te preguntaban
si habías ganado o perdido. ¡¡Tan cotillas como nosotros!!. :cunao:

Los días se suceden en este paraíso, más rápido de lo que uno desearía. Sus
aguas cristalinas invitan al buceo, donde la abundancia y variedad de especies,
te hacen perder la noción del tiempo y solo tus dedos arrugados, te indican
que es hora de salir del agua.

Si la entrada la hicimos por el NE, para marcharnos, lo haríamos por el SE,
bajando desde el Gran Roque, por una especie de canal existente entre dos
barreras de coral, que te lleva hasta la Boca de Sebastopol. Allí, en aquel
alejado confín, se hace noche por última vez en el Parque, antes de zarpar de
vuelta hacia Puerto La Cruz.


Continuará ....




Salud y :brindis:

Tomas750 11-04-2020 19:40

Re: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Muchas gracias Temido por este hilo, he aprovechado estos días para leerlo de cabo a rabo y me gusta mucho. Por cierto estoy leyendo el primer libro de Cocua y le acabo de poner cara:cunao::cunao:.
Gracias de nuevo, saludos

El Temido II 12-04-2020 11:17

Re: Y El Temido lll se fue al Caribe
 
Me alegro de que te guste el hilo, Tomás. Tan solo espero que sirva a algunos
(cuantos más, mejor), para distraerse un rato. :velero: :velero: :velero:

:gracias: a tod@s por leerlo.



Salud y :brindis:


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