La Taberna del Puerto - OT Aventuras en el Caribe

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OT Aventuras en el Caribe

Hola a todos :brindis: :brindis:

Llevo ya cuatro meses en España, y revisando mis notas y algunos correos enviados hace tiempo, me he encontrado con este y ..... creo que empiezo a deprimirme....lo extraño:

Punta Salinas (Rep. Dominicana) 14 de Febrero de 2006, día de San Valentín.

Salí de Santiago de Cuba el 4 de Febrero con destino a Martinica, 950 millas por delante. A los dos dias de navegación, con mar bastante duro y viento de mas de 25 nudos, estaba en el palo tomando el tercer rizo, y justo en ese momento, se rompe el Piloto Automático, dejando el barco atravesado a la ola, y de la escorada que pegó me quedé colgando de la botavara (llevaba arnés...). Muy a mi pesar, decido ir para atrás, hacia Jamaica (90 millas) y hacer parada técnica para repararlo. Despues de 4 dias, fué imposible encontrar correa de recambio para el Piloto. Salgo pues con el piloto de Viento y el Piloto de caña que es pequeñito pero matón. Al segundo dia, otra vez, volvia a tener condiciones similares (sino peores) pero iba aguantando bien la ceñida, gobernando a mano, y Paf! (bueno, mas bien sonó como un disparo), y veo la jarcia del lado de babor toda floja y el palo temblando...curvandose... recojo inmediatamente mayor y génova y arranco el motor. Afirmo el palo con todas las drizas disponibles, las burdas, y uno de los obenques (todo en la regala y tensado con los winches) pero, cuando vuelvo a la bañera me doy cuenta que sale humo del compartimento de baterias! Las desconecto y paro el motor, o lo intento, porque no se para ni quitando la llave de contacto... acabo que pellizcando el tubo del gas-oil para cortarle la alimentación. Imposible arreglar, falla algo en el cable que llega del motor y despues de varios chispazos, me rindo ...me conformo con conectar directamente una bateria al panel para tener luz y comunicación con el Iridium y la electronica.

Análisis de la situación: No puedo usar velas; no dispongo del motor; voy como un corcho, a la Deriva.

Llamo a Martinica (tengo un amigo allí) y le explico la situación. Él se encarga de llamar al Centro de Emergencias Maritimas (Crossag) y desde allí contactan con los servicios de Rescate de Haití y de Jamaica. También me llaman a mí para que les confirme que necesito asistencia, y me dan los telefonos de Salvamento de Jamaica y Haiti (Haiti dice que esa zona no esta bajo su control, que es de Jamaica...) Así que decido llamar a Salvamento de Jamaica. Al primer intento, el que me responde me dice que sí, que me ayudarán, pero que ahora están todos cenando... (?) que ya me llamarán... y, finalmente llaman. Vuelvo a explicar toda la situación por tercera vez y, a todo esto, ya hace unas cuantas horas que ha oscurecido. Me dicen que estoy muy lejos (180 millas) y que tardarian unas 18 horas en llegar... pero que si no me importa, contactaran con algún otro barco que se encuentre más cerca...
Recibo otra llamada, ahora desde Miami, Centro de Coordinación de los Guardacostas (o algo así) vuelvo a explicar toda la historia (cuarta vez) .... I’m Drifting (voy a la deriva), me someten a un interrogatorio de tercer grado (quien soy, de donde vengo, a donde voy, nacionalidad, bandera del barco, si tengo bote salvavidas, si tengo chaleco, si tengo bengalas,.... todo, todo, menos mi posición (?) y, la misma respuesta, “ya le llamaremos”.
Pasa la noche y sigo a la deriva, no estoy preocupada, estoy más bien cabreada, nadie me ha dado una respuesta concreta.... al fín y alcabo, el barco no se hunde, simplemente no tengo medio de propulsión, tengo energia suficiente para varios dias si economizo baterias y estoy a 40 millas de la costa más cercana, Haití.
Por la mañana, el mar ha bajado considerablemente y decido sacar una puntita de génova, por el lado que no sufra el palo, al contrario, ayuda a mantener la tensión, y con el viento que que tengo, del través, puedo ir acercandome despacito hacia la costa de Haití.
Al cabo de unos minutos, giro la cabeza y veo una lancha naranja llena de tipos fornidos ... acercándose a toda velocidad, a punto de abordarme, y en cuestión de segundos ya tengo a cuatro de ellos a bordo, como en las películas!
Cuando me doy cuenta, veo el buque “madre” también detrás de mí; es el barco de los US Coast Guard “Dallas”, más de 100 metros de eslora, 180 personas a bordo, su velocidad habitual de crucero es de 10 nudos, pero vinieron a buscarme desde 150 millas de distancia a una velocidad de casi 30 nudos, en menos de 6 horas!
Tras mi susto inicial y el intercambio de saludos y de explicaciones, uno ya se había metido con las baterias, otro con la jarcia, otro me pedia todos los datos y la documentación, y el cuarto vigilaba (todos armados y absolutamente cargados de equipamiento, herramientas, etc...). El de la jarcia confirma que no es posible arreglar en el mar, el de las baterias hace los mismos intentos que yo y decide que tiene que venir el ingeniero.... lo traen y empieza a chequear todo el sistema, todos llegamos a la misma conclusión, es el cable positivo que viene del motor, hay un cortocircuito, pero el chaval se marea... (sale unas cuantas veces a vomitar). El de los papeles, también.... están todos pálidos, y recomiendan al Capitan que me remolquen ya que no pueden solucionar ninguna de las dos averias.

La preparación del remolque es de lo más espectacular, no utilizan la lancha auxiliar para acercarme al barco grande, o para acercarme el cabo, nooo... la mole (338 pies) se me acerca, más y más, y me pasa, empujándome por la banda, hasta que lanzan la línea de remolque prácticamente encima del barco! (suerte que puse las defensas en cuanto ví las intenciones, porque si es por ellos...) De todas maneras un punto a favor de ellos por la colocación de los cabos, que no dieron ningún problema en todo el tiempo que duró el remolque y no provocaron ni el más mínimo rasguño en el barco. Empiezan a remolcarme (a 8 nudos!), voy siempre con dos de ellos a bordo (cambian turno dia y noche, les traen la comida y la bebida -toneladas- y no están autorizados a aceptar absolutamente nada, ni un café...) pero se encargan de verificar constantemente la linea de remolque, controlar que todo esté OK en el barco y de ayudar en cualquier cosa que necesite...creo que tampoco les está permitido permanecer dentro del barco, porque aguantan estoicamente toda la noche en la bañera, aunque llueva.

El mar vuelve a estar un poco fuerte y vamos contra la ola, les pido si pueden bajar un poquito la velocidad, sufro por el palo porque vamos dando pantocazos y además el nivel de agua en la sentina sube constantemente... el fusible de la bomba de achique se funde cada dos por tres.... debido a la velocidad de arrastre, a las olas, y a que todo el peso va en popa (estos tipos son de un tamaño considerable, mas todo su equipamiento....) el barco va con el morro levantado y la salida de la bomba de achique queda sumergida a menudo... conclusión, embarcamos más agua de la que achicamos, y la bomba, al encontrar la resistencia del agua entrante, peta el fusible...
Ningún problema, se traen una bomba capaz de achicar 2500 litros por minuto! (creo que en la sentina deben caber unos 40 o 50 litros máximo, pero.... llevaremos mas peso en la bañera...) Son exagerados, de verdad.

Al día siguiente, aprovecho el cambio de guardia para hacerle llegar al Capitán una botella de champagne Francés, no le he visto, ni tendré oportunidad de saludarle (me soltarán en cuanto puedan y seguiran a por otros....contrabandistas, traficantes, inmigrantes ilegales.... es su trabajo) pero realmente les estoy agradecida. Para mi sorpresa, en el siguiente cambio me entregan una bolsa de parte del capitán, con su agradecimiento, con una camiseta de las que llevan ellos y una taza con la insignia del barco.... según el marinero, al parecer, le conmovió el detalle de la botella...

Despues de 2 dias de navegación y más de 200 millas, cuando por fín estamos a 14 millas de Republica Dominicana, me “traspasan” a una Patrulla de Rescate de la Marina Dominicana, muchíiisimo mas humildes en sus medios, pero encantadores.... me llevan a su base Naval y me dejan abarloada en la embarcación que me remolcó. Las siguientes horas y los siguientes días, soy una especie de atracción.... creo que soy la única mujer en toda la base, pero bajo mi punto de vista, es el mejor sitio donde podía ir a parar- mecánicos, electricistas, soldadores.... lo que haga falta - menos intimidad- todo el que puede se acerca a mirar y a preguntar, y a medida que van cogiendo confianza llegan a subirse al barco sin avisar. Acabo rogándole al teniente que recuerde a sus hombres que debe pedirse permiso para subir a bordo de un barco, y más si se trata del barco de una mujer, en el momento menos pensado me pillan en pelotas!
La misma tarde de la llegada ya está reparada la averia del motor, han cambiado los cables que se habian fundido y que provocaron el cortocircuito. El motor vuelve a rugir con su finura habitual, y eso ya es un gran alivio para mí.
Para mañana, me espera el soldador....
Pues bien, a pesar de que hay un astillero en la base, no disponen de acero inoxidable para hacer una nueva pieza, así que enderezan y refuerzan con soldadura la pieza dañada (la pletina con los cadenotes que va atornillada a cubierta). Los tornillos que fijan esta pieza atravesando la cubierta se partieron de cuajo, por la cabeza. Imposible encontrar también los tornillos (de la medida sí, pero no en inoxidable). Uno de los oficiales se desplaza hasta Santo Domingo para buscar -lo que encuentre- en inoxidable.... quiero cambiar también los de la otra banda, y me conformaré con barra roscada sino hay nada más.

La noche la pasamos en la cubierta del Tirant Lo Blanch, 6 marines (diversas graduaciones) y yo. Empezamos tomando un “cafecito” por la tarde y acabamos escuchando boleros y bebiendo ron (5 botellas entre 7, pero yo bebo vodka.... hagan cuentas); finalmente les invito a retirarse cuando ya han probado el ron de Cuba, el de Puerto Rico, el de Venezuela, el de Martinica...