Faro de San Vicente de la Barquera
 

San Vicente de la Barquera alumbra el turismo con un faro hecho museo marítimo

ROCÍO FERNÁNDEZ
SANTANDER. Además de guiar a los navegantes que se acerquen a la costa más occidental de Cantabria, el faro Punta de la Silla de San Vicente de la Barquera se convertirá en un reclamo turístico más de la villa barquereña ya que albergará en su interior, antes de que acabe el año, el Museo Artesanal y Costumbrista del Mar.
El proyecto nace de la participación del Ayuntamiento en el programa Interreg III-B «At lights», una iniciativa que persigue crear una ruta turística a lo largo de la costa europea enlazando los distintos faros existentes dentro de una red litoral. El objetivo es no sólo recuperar arquitectónicamente cada faro, sino asignarle también nuevos usos compatibles con los que le son propios. Con este fin, el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Santander (APS) ha aprobado otorgar la concesión del faro Punta de la Silla al Ayuntamiento de San Vicente de La Barquera. El presupuesto para la recuperación es de trescientos mil euros que aportarán al 50 por ciento el Grupo Leader y el Ayuntamiento de San Vicente de la Barquera.
El alcalde de este municipio, julián vélez, explicó que, además de la concesión, el Ayuntamiento ya tiene redactados los proyectos de restauración del edificio y de recuperación ambiental de la finca.Vélez también indicó que la recuperación ambiental de la finca «permitirá mostrar una serie de plantas que son especies únicas en esta zona del Cantábrico». Por otro lado, el regidor municipal destacó la colaboración entre las dos administraciones para «sacar adelante» un proyecto que supondrá «un hito» en la recuperación del litoral cántabro.
El presidente de la APS, Christian Manrique, destacó por su parte el apoyo que el Puerto de Santander brinda a aquellos proyectos que apuestan por la recuperación de zonas emblemáticas, al igual que se hizo con otros faros de Cantabria como los de Cabo Mayor y de La Cerda, ambos en la capital cántabra; el de Castro Urdiales o el de Santoña. Aseguró además que, de este modo y preservando «siempre» el uso de vigilancia y seguridad marítima de los faros, se «ponen en valor unos terrenos» para reordenar una zona «con un proyecto muy bonito y muy interesante que va a contribuir al desarrollo de la localidad.

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