Mi caso es parecido al de Miah, aunque no tardé tanto.
Tenía muy claro el barco y versión que quería, compartido eso con la familia. Así que puestos a la faena, recorrí un montón de puertos de Francia y de Italia. Mi búsqueda llegó hasta Turquía. Encontraba modelos similares, pero no la versión exacta y, cuando la encontraba, alguna pega había. Hasta que encontré el mío en un puerto de Italia. El flechazo fue inmediato y de momento no me arrepiento en absoluto.
La traída fue en dos etapas haciendo escala en Francia. La primera con mis dos hijos y la segunda con solo uno (A2).
Toda la travesía fue con un castañote de aquí no te menees (principalmente la cruzada del golfo de León, con aviso de temporal incluido). Llegados a casa, entendimos que si el barco y nosotros nos habíamos aguantado perfectamente y disfrutado de aquello, aún sin apenas conocernos, lo siguiente iba a ser una relación muy buena...
.. y así ha sido.
Es uno de los recuerdos más entrañables que tengo...
