No, no, no ... no todos los mallorquines tragamos con todos. Me consta en primera persona que alguno, a contrapelo del resto y jugándose su supervivencia empresarial, arremete con la ley en la mano contra todas las decisiones arbitrarias y filofranquistas de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB)
Con independencia del caso concreto, creo poder denunciar que la repetida APB es la secuela administrativa más anquilosada, decimonónica y casposa existente. Los casos de presunta corrupción son habituales en la prensa, hasta el punto de que su Director acumula querellas como el que colecciona sellos. La más sonada y, al tiempo, significativa y descriptiva de su ejecutoria, trae causa de una guerra a telefonazo limpio (no de llamadas telefónicas, sino de lanzamiento físico del aparato) con su secretaria.
Juan Verger ha sido una desgracia portuaria. Pero él solo nunca habría podido hacer nada sin la connivencia de su Director, D. Angel Matías Mateos, fiel lacayo mientras le recompensen con libertad para masacrar a sus obsesiones. Por supuesto, el interés de los usuarios portuarios y administrador en general, son ajenos a tan bien pagados prebostes.
Ahora, con el nuevo Govern, parece que nos van a volver a 'regalar' con un tal Paco Triay, que ya fue nefasto Presidente de la APB. Otro figurón, otro dinosaurio con licencia para cobrar y seguir dejando el chiringuito en manos de su directorzuelo de tercera división.
A continuación reclamaremos para Baleares la gestión de los aeropuertos para convertirlos en cementerios de elefantes con grandes sueldos y nula capacidad.
La puta realidad.
Témome que puedes dar la rampa por jodida.
Sólo el acohol puede mantenernos sedados ante tanta iniquidad
