Mi gozo en un pozo...
Bueno, pues este fin de semana iba por fin a Sagunto, a recoger a "Seitó", mi recién adquirido "Innombrable" y traérmelo a Barcelona. El cofrade Loquillo me acompañaba en la travesía.
Llegamos a Sagunto a las 14:00 y quedamos con Alocén, que es su antiguo dueño, para que nos diera un recordatorio de donde estaba cada cosa, los mandos, el cuadro eléctrico, el tema del lastre (siempre importante en un "innombrable"), etcétera. Dado que salimos de puerto a las 16:30, habíamos decidido que la primera escala sería Burriana o Castellón, en función de donde nos pillara la noche...
Salimos de puerto, navegamos un poco a motor, e izamos velas. Todo en orden. Y primera sorpresa: viento de proa, así que hay que ceñir. Pues resulta que "Seitó"... ¡ciñe!
Evidentemente, no le pidáis ángulos de ceñida espectaculares, pero es capaz de ganar barlovento, cosa de la que dudaba un poco después de algunos comentarios que he leído sobre el barco... En ceñida íbamos navegando a entre 3 y 4 nudos, y las sensaciones a la rueda no eran malas.
Tras horita y pico a vela decidimos poner motor para que no nos pille la noche. Entre 7,5 y 8 nudos de velocidad de crucero, bastante agradable (aunque el ruído del fueraborda siempre me sirve para recordarme por qué me gusta navegar a vela) y justo cuando empieza a anochecer entramos en Burriana Nova. Por cierto, el marinero muy amable y servicial.
Siguiente sorpresa... ¡dos personas pernoctan cómodamente!, o sea que hasta el domingo por la mañana, todo iba como una seda.
El domingo se levantó con una buena niebla. Sin embargo, parecía que iba escampando, o sea que arrancamos el motor (un Yamaha 50 caballos 4 tiempos) y empezamos a preparar la salida... y aquí se fastidíó todo: el motor no echaba el chorrito de agua, o sea que algo fallaba en el circuíto de refrigeración. Parar, subir motor, pero ni la entrada ni la salida del circuíto parecían obstruídas.
Alocén nos encontró un mecánico (Óscar) dispuesto a venir a investigar el tema, a pesar de ser domingo. Viene y nos dice lo que más temíamos, o sea que tiene pinta de ser el famoso rodete de la refrigeración. Sin pieza de recambio ni posibilidad de subir el barco con el "travel" para que trabajara el mecánico, nuestra travesía quedó abortada en su primera etapa, tuvimos que coger el tren de vuelta, y "Seitó" se ha quedado en Burriana a la espera de reparaciones... ¡a ver si el próximo fin de semana hay más suerte y conseguimos llegar con él a Barcelona!
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