Gracias por hacernos llegar noticias de los Pratis, todo un placer conocerles. Y envidia, muuuucha envidia (de la buena) y más admiración, por esas navegadas que se pegan, por esa hospitalidad que ofrecieron a bordo del Prati y por esos langostinos que estaban de vicio
Ojalá, de verdad, volvamos a coincidir
