Con una depresión de caballo, me temo que debo anunciar el final de mi verano flotante
Mi tractor, adquirido con toda la ilusión del mundo y - por lo visto - con idénticas dosis de inconsciencia hace menos de un año, ha visto fenecer sus motores. Ayer, 24 de julio, mi mecánico me anunció que o procedía al cambio de ambas máquinas o la cosa tenía mala solución
Lo cual, es, en términos económicos, una puta ruina. Familiarmente, además, un drama. Estoy muerto
y, si no, al borde del suicidio.
Una canción marinera en mi memoria será bien recompensada. Creo que voy a liquidarme mediante dosis masivas de Johnnie Walker
