Atardecía.
Los últimos rayos de sol doraban la estancia y escuchaba sin fijarme demasiado el tintineo de jarras y botellas que tras la barra los taberneros preparaban para la nueva noche que se avecinaba.
Era época en que la mayoría de los habituales que frecuentábamos el local se encontraban navegando aprovechando el buen tiempo o ultimando detalles apunto de zarpar.
- "No vamos a quedar muy pocos en la isla de aquí a nada" comenté con el Tabernero.
- "Cada año pasa igual. Ya sabes. Y no te quejes, que tu acabas de amarrar" me espetó sin dejar de trabajar.
La mayoría de mesas y sillas permanecían sin ocupar y los pocos miembros de la cofradía que rondaban por el local a esas horas se encontraban enfrascados en conversaciones sobre futuros destinos y comentando los aparejos y logisticas de sus nuevas o ya conocidas naves que los tenían que portar hacia aquellos lugares que habían estado soñando todo el año, esperando ese momento..
- "Me han dicho que han visto al "Tunante" ya muy cerca de puerto. Quizás esta misma noche los tengamos ya por aquí, así que prepárate..."
- "Quizás, quizás... !!. Oye rom, me quieres dejar trabajar!!. Luego llegará la noche, tendremos más trabajo y me sé de una que me pasará por la quilla si no tengo listo todo ésto. Anda ve a sentarte con aquellos del fondo y deja ya de darme la paliza..."
- "Vale hombre, vale... Pero ya sabes que a tu capitana siempre la puedes contentar comprándole otra maceta a juego con las cortinas" le dije sonriendo maliciosamente y para provocarle.
- "Que te calles ya, cohones...!!!
Me disponía ya a abandonar obedientemente esa esquina de la barra en el fondo del local cuando oí al portero y a Nonick dar la bienvenida a alguien que acababa de acercarse a la puerta de la Taberna.
- "Se bienvenida!"
Se denotaba en sus voces la alegría del saludo que se dá a quien hace tiempo no se vé y es muy querido. Un saludo impregnado de sentimiento y cargado de emoción.
Varios de los cofrades se giraron hacia la entrada.
Más exclamaciones. Algunos ya se levantaban y acudían prestos a recibir a ese personaje que desde donde estaba aún no terminaba de reconocer.
Ví una silueta por fín recortarse a contraluz junto al marco de la puerta.
Una silueta inconfundible que provocó que la monotonía de una tarde más de verano se trasformara en enorme y colectiva alegría.
- "Analema!!!"
- "Se os saluda de nuevo, panda de impresentables!!"
Analema que había partido hacía ya bastante tiempo para realizar una incierta travesía y de la que no teníamos demasiadas noticias de su paradero, estaba ahí de nuevo.
Miré de reojo al tabernero que se había quedado también como pasmado y había detenido sus quehaceres.
Una amplia sonrisa había sustituido a la mueca cansina que me había dedicado hacía tan solo unos instantes.
- "¿Sabes? tienes razón. Hoy vais a tener jaleo, bastante jaleo..." le dije guiñándole un ojo y acercándome yo también a darle la merecida bienvenida a tan singular cofrade.
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Un besazo niña!!
Bienvenida!!!
