Estoy bastante de acuerdo con "casi" todo lo que te han dicho hasta ahora, sobre todo con lo de los porteros: el de plantilla y el emérito.
Y digo "casi" porque para mí el bichero sí que sirve: es como un tercer brazo. No me imagino cómo agarraría las amarras o la guía...

sin él.
Pero cuando hayas atracado tropecientas veces, un buen día se te torcerá la cosa. Porque viene el viento al revés o por exceso de confianza o porque vienes preocupado por algo o porque... Y ese día vas y la cagas
Lo único importante es no perder la calma. Si hay espectadores, que miren. En ese momento, estáis solos tú, tu barco y el pantalán, para hacer un
ménage à trois perfecto, compenetrados los tres.
Y tomarte tu tiempo: si no sale a la primera, te separas y vuelves a empezar.
Hace unos días hacía un día raro, mis vecinos en la cubierta de su barco y yo, intentando atracar, siempre me cruzaba

con riesgo de rozarles. Ellos recelosos, ni miraban ni quitaban ojo...
Hasta cuatro veces lo intenté hasta que, a la quinta, lo dejé clavado en el sitio. Cuando hube puesto las amarras les dije: "los habéis visto más rápidos, ¿a que sí? Pero es que uno tiene los conocimientos que tiene

" ante lo que me respondieron: "es mejor lento, pero seguro".
No tengas prisa, practica fuera y, si te sale mal, no te desanimes y vuelta a empezar.