Nada más llegar desde Los Roques, acabo de enterarme del desastre ocasionado por un escape de gas, aquí, en la marina de Bahía Redonda de Puerto la Cruz en Venezuela, hace escasamente tres días, ocurrido en un velero de bandera venezolana, atracado muy cerquita de dondo yo acostumbro amarrar.
Según me ha relatado mi vecino de amarre, el sábado por la mañana acababa de levantarse cuando escuchó una tremenda explosión, no se produjo incendio, según me cuenta, el accidente ocurrió cuando después de una fiesta a bordo, no debieron de advertir que una lleve de la cocina debió de quedar abierta y al ser propano no advirtieron que todo el barco era una bolsa de gas y al encender la cocina para hacer el café ocurrió la explosión.
El resultado, horroroso, de la familia que ocupaba el barco, el marido muerto en el acto, la mujer muerta al día siguiente y el hijo que todavía se encontraba en su camarote, herido de consideración.
También me he enterado que la normativa venezolana no exige que se lleve detectores de gas abordo, ni que las bombonas tengan que estar en el exterior.
Tragedias como estas le dejan a uno con mal cuerpo y más cuando en poco tiempo he sido testigo de dos, aunque en la otra no hubo desgracias personales, como relaté en el post del
Bahía las Islas en su vuelta por el mundo.
Descansen en Paz.
