Hola cofrades
Mi hijo cuando casi no sabía andar ya venía conmigo a pescar, tuvo una afición exagerada, le regalamos una cajita con vinilos, muestras, esmerillones, etc. (sin anzuelos lógicamente) y siempre la llevaba en la mano a todas partes, hasta dormía con ella en vez de con un peluche.
Era capaz de distinguir cualquier muestra artificial de la multitud que existen y además decirte como debía trabajarse, que días eran los mejores para usarse, que colores daban mejor resultado, etc.
Al poco tiempo me superaba en capturas, pescaba más y mejor que yo!!! Bueno, en honor a la verdad pescar mejor que yo tampoco es tan difícil.
Le encantaba navegar, en lo que fuera, daba igual. Nadaba y nada como los peces, en fin, imaginaros, yo encantado no cabía en mí por la gran afición del vástago, pero...., como todo, todo lo bueno se acaba y la felicidad en la casa del pobre pasa pronto.
Hoy tiene 14 años, no quiere venir a navegar nunca, ya no le gusta pescar y nadar..., lo justo y porque tengo piscina en casa, sino, ni eso.
Son etapas de la vida, hoy tiene otras inquietudes, otros intereses, la vida le sale al encuentro y le falta tiempo para todo. Pero estoy seguro que más adelante recuperará la afición, los que nacemos con ese veneno con él morimos. Cuando vuelvo la vista atrás a mí me paso parecido. Me desvinculé del mar durante unos años, pero al final volví otra vez a lo mío.
He tenido que "aprender" a jugar a un endiablado juego de cartas, las cartas magic, no hay quien lo entienda (ay! aquellas partidas de mus....), pero a él le gusta y si quiero disfrutar de su compañía lo poco que me queda ya, tengo que compartir sus aficiones al igual que él compartió las mías cuando era pequeñito, y sacrificando horas que podía dedicar a navegar.
En fin, con todo este rollo, lo único que quiero reflejar es la no conveniencia de obligar a los niños a que adopten nuestras aficiones, eso no puede ser. Puede tener el efecto contrario y pueden llegar a aborrecerlas, nosotros les abrimos puertas, les enseñamos caminos, pero solo ellos y de voluntad propia pueden cruzar esas puertas o andar esos caminos.
Ahora, resulta que quiere venir conmigo por los bosques a coger setas, también sabe y las conoce el "condenao". Pues bueno, yo encantado, he retomado mi antigua afición para poder perderme con él por los montes aunque no pueda navegar. Lo importante es él y me duele el mucho tiempo perdido que ya no se puede recuperar.
Sed buenos.
Un saludo
Pirata