Originalmente publicado por Inspectorate
Muy a menudo, más de lo que quizás penséis, me encuentro, como funcionario, con situaciones similiares a la que se comenta en relación al "celo" que un compañero (los guardias civiles son funcionarios, como sabéis) pone en velar por el cumplimiento de la norma tal y como es su obligación.
Las normas, nos pueden gustar o no. Yo, personalmente tengo mi propia opinión respecto de muchas que día a día me veo obligado a aplicar.
Un funcionario, en el ejercicio profesional de sus obligaciones no puede entrar a juzgar si tal o cual norma es más o menos justa, coherente, o, en definitiva, adecuada al bien jurídico que pretende proteger o regular.
El hacerlo, el entrar a considerar, como en este caso, si se iban a encender las luces pronto o no, fomenta simplemente la arbitrariedad en la aplicación de la norma. Esa conducta, además, tiene un nombre: PREVARICACIÓN.
El funcionario debe velar por el cumplimiento de la obligación objetiva que el ordenamiento jurídico impone. Es decir, debe antender a la literalidad de la norma. Otro comportamiento, repito, fomenta la arbitrariedad, la indefensión del ciudadano y, al fin y al cabo, la injusticia.
Salutem.
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