Analema, me acabo de enterar del suceso, por lo que dices se que hemos perdido a una gran persona y un buen marino en Cartagena, desgraciadamente la vida es asi de ingrata, y esa última singladura que todos algún día vamos a realizar, se presenta de pronto y sin opción a demora.
Descanse en paz Alfonso, y espero que su espiritu siga navegando, por la mar y por ese firmamento que el tan bien conocia y amaba.
Seguro que en estas noches largas proximas al solticio de verano hay una nueva y pequeñita estrella, modesta en su brillo, pero que será de ayuda a los buenos navegantes a buscar su rumbo.
Brindo contigo con un dedito de ron añejo en honor a Aprendiz de Nauta.
