Me acabo de enterar, y aún palpitan en mí estas palabras tuyas, Analema, que emanan tanta emoción, cariño, estima y respeto, por este cofrade, que fue tu maestro en introducirte en temas de la mar.
Descansa en Paz, “Piloto”, “Aprendiz de Nauta”, de nombre Alonso, capitán que supo trasmitir a sus alumnos la estima y devoción que muchos sentimos por el mar.
Yo sin recibir sus lecciones, sé muy bien que ha sabido trasmitir este saber. a los muchos que tuvieron la suerte de asistir sus clases, donde muchos aprendieron de la emoción y el sentimiento que sabe proyectar un maestro.
Por todo ello, brindo con coñac y ron, porque intuyo que al maestro le hubiera gustado brindar como los viejos lobos de mar – si no lo hizo ya- antes de iniciar este viaje por el mar del infinito que, como muy bien dices Analema, inicio el pasado día 27.
capitan orozco
