Lo más terrible es que de donde vienen, una vida se valora en muy poco; la determinación de las personas más jóvenes a cambiar esto es imparable. Ni las leyes, ni las mafias, ni la mar, nadie puede entender que el riesgo es nada comparado con el valor de sus vidas.
La impotencia por la desgracia de los que se han arriesgado y no lo consiguen es lo más terrible de la vida, de todos.
Saludos.