Parece increíble que haya cosas que se olviden tan rápido... No sé por qué vine ¡lo olvidé! Pero sé por qué sigo. Nunca tantos me enseñaron tanto en tan poco. No de mar, que sí; no de barcos, que también; pero de saber estar, de saber buscar, de saber ser.
Hasta ahora, mis amistades fueron las que me fue presentando la vida, más o menos casualmente. Como el tronco de un gran árbol, del que yo elegía la rama que más me atrajo, y de ésta a otra, y así. Pero el árbol me vino ya dado. Y yo buscaba otros bosques más afines. Nunca sospeché que uno de mis bosques pudiera estar aquí, en este antro de piratas. Las ramas se me multiplicaron por miles. ¡¡Tanto donde elegir, y tan bueno!! Y de aquí al blog de Rog, al de Polen, al de Kibo (el descubrimiento de hoy). Y cada día, algo nuevo.
Y en ésas me hallo. Y eso os lo debo. Y no es poco.
Gracias por el hilo, Atlántida
