Cita:
Originalmente publicado por whitecast
El riesgo de chocar con un contenedor es mínimo, creo que es más probable que choques con una ballena,o que te caiga un rayo no se cuantos accidentes de este tipo ha habido en el mundo pero que son testimoniales.
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Todos los ascensores están dotados de un mecanismo que los frena en caso de que se corten los cables. ¿Has oido alguna vez de algún ascensor que haya llegado a usarlo? Por muy raro que pueda llegar a ser su uso, se disponen esos sistemas POR SI A CASO, POR SEGURIDAD.
A mi una vez me tocaron unos esquís en una rifa (increible), pero nunca he usado los airbag de mis coches en más de medio millón de kms recorridos. Pero están ahí... por si a caso.
Al que al final le toca chocar con un contenedor, se acuerda de la madre de todos los diseñadores de contenedores:
Francisco Jiménez (Las Palmas de Gran Canaria, 1944) ha cruzado el océano Atlántico 4 veces de Canarias al Caribe y otras tantas en el tornaviaje. Con uno de su veleros, el “Bentagüaire”, vivió grandes alegrías. Sin contratiempos señalables, se dejó llevar por los vientos alisios y desembarcó en la isla de Granada, una de las más hermosas del Caribe. Navegó plácidamente de isla en isla y cuando llegó la temporada de tormentas se dispuso a regresar hacia Canarias. En el centro del Atlántico Norte, colisionó con un contenedor a la deriva. Se abrió una vía de agua y el barco naufragó. Paco Jiménez lo relata en el libro “Alegrías y desventuras de un navegante solitario”.