Mi hijo mayor, MIguel, se sentía feliz de estar solo, de ser hijo único, hasta que nació el segundo, bernardo. Miguel tenía 2 años
Cuando Miguel lo conoció sintió perder su protagonismo, y al dia siguiente apareció por la habitación a cuatro patas diciendo: soy un perro.....
.....Y así pasaron los meses, sintiéndose desterrado.....
Un día, veo que Bernardo iba gateando por el pasillo y Miguel iba detrás con la intención de pisarlo...y claro, yo le regañé, impidiéndole que cometiera "un delito"...por lo que Miguel, se puso como loco a llorar y se fue hacia donde se encontraba su padre, y éste le pregunta: ¿que pasa MIguel? y él responde::: ¡¡¡ Mamá no me deja chafar a enmardito (bernardo)!!!

