Cuando abandonamos la 1ª taberna para emigrar a la 2ª sólo yo perdí un grado y todavía no se la razón ¿Quizá aproveché el barullo para distraerle una barrica de ron al tabernero?. No se, el Alzeimer este...
El caso es que al ver en este nuevo éxodo que me había quedado sin mi colección de sables y mi idolatrada calavera pensé que esta vez el tabernero se había pasao, pero al comprobar que a todos os pasaba lo mismo, pensé: ¡Jodersus!

¡jajajajajajajajaj...!