El documental es duro, pero muy recomendable. Es un documento impagable que te muestra, sin tapujos, la otra cara de la aventura.
Me parece imposible no empatizar con Andrew. El momento, cuando marcha por primera vez, tiene una fuerza indescriptible.
Desde luego, para mí, lo logró.
Brindo por él

PD. Estúpido es, en todo caso, aquel que no persigue sus sueños.