Que levante la mano el primero al que se haya hundido el barco por tener ósmosis!
Yo he tenido desde los 8 años hasta los 22 un chinchorro con un motorcito, que parecía una pelota de golf. Hasta que se lo llevaron los servicios de limpieza (la mia y cien mas) de la playa del Portet de Moraira.
Tenía más granos que un quinceañero, pero no daba signos de nada malo y nos subíamos toda la pandilla a la vez!. Está claro que no iba a aguantar los mismos esfuerzos que una orza, pero de ahí a que te lleves un disgusto...
Yo creo sinceramente, que la ósmosis no es para nada fiera, el miedo nos lo ha metido Hempel en el cuerpo.