Con vuestro permiso:
Quizás quede por decir, que para hacer una crítica, es preciso situarse en algún lugar. El lugar del usuario, consumidor, o destinatario de una cosa o servicio. Y que para gozar del derecho a señalar defectos a un servicio, es imprescindible ser inmaculado en los servicios que ofrecemos a los demás. Y tengo la impresión (es sólo una impresión) que si todas las críticas que escuchamos, tuvieran un fundamento inapelable, y la debida “asepsia” de quien la arroja… este mundo sería una maravilla!
Intentaré ser más claro con un ejemplo:
Si un médico se equivoca en un diagnóstico o en una cirugía, el damnificado puede hacerle un juicio que podría costarle al médico su licencia.
Cuando la prensa hace un diagnóstico y hasta un juicio de valor sobre alguien y se equivoca, no hay falta, porque el derecho de opinión y el de ¿informar? es sagrado.
El título del periodista y el del médico, tienen el mismo “capital simbólico”. Ambos títulos podrían haber sido otorgados por la misma Universidad. ¿Por qué entonces, uno puede perder su licencia y el otro no? ¿Una mala información no tiene más damnificados que una cirugía mal hecha?
Pero, (me lo digo a mí mismo) para poder señalar un servicio defectuoso, tengo que estar completamente seguro, que lo que ofrezco es igual de eficiente que lo que demando. Y no siempre lo estoy. De lo único que estoy seguro, es de estar poniendo lo mejor de mí y con la mejor intención de servir.
El oficio de padre, por ejemplo, serviría para ilustrar mi último párrafo.
Saludos! P/D Buen hilo!

