Un brindis por Julio Villar

levantad todos las copas que yo invito.
A propósito de este tema voy a hacer una comparación, aún a sabiendas que las comparaciones son odiosas.
Tengo dos licencias deportivas, la primera obtenida hace ya muchos años es de Piloto Privado de aviones y la segunda recientemente, es de Patrón de Embarcaciones de Recreo.
En el primer caso se hacía enorme énfasis en la práctica y en el momento de dar el exámen teórico estaba perfectamente entrenado para gobernar un avión monomotor pequeño, despegar, aterrizar, sacarlo de una pérdida, o de una barrena e incluso aterrizar sin motor. La teoría y esas cosas vinieron después de muchas horas de vuelo. O sea que cuando me dieron la licencia estaba en condiciones de volar dentro de los límites que ella me permitía con la mayor seguridad y aún así, hasta pasadas 25 hs. de vuelo no me permitieron llevar pasajeros.
En el caso del PER, luego de la teoría y la práctica que ralicé para obtenerlo, ni ebrio ni dormido me atrevo a ir con mi familia en un barco de hasta 12 metros de eslora y hasta 12 millas de la costa, cosa para la que estoy legalmente habilitado.
Estoy seguro que hay personas con suficiente práctica y experiencia que aún sin tener ningún título habilitante están mucho más capacitadas que yo para navegar.
Menos mal que en 1492 no existía la DGMM, de ser así América la hubiera descubierto Menguercho... A Colón no lo hubieran dejado zarpar ni de coña.
Tomaos unos tragos

a mi cuenta para digerir este tocho.
Rolo.