Originalmente publicado por capitan tan
Yo sólo miraba de reojo mientras decía obviedades del estilo de "a ver, a ver, chicos, necesito tres a estribor", "insisto, tres a estribor"; "José luis, coño, cuidado con Rober"; "Alfredo, he dicho que a estribor, joder"; "Santi, coño, que ya eres mayorcito, joder" "qué pasa, ¿no habéis visto nunca delfines?" (sobra decir que yo no los había visto nunca). En vista de que nadie oía nada de lo que yo decía, entre otras cosas porque todos estaban hablando a la vez con comentarios del tipo de "qué bonito, qué pasada, qué preciosidad", y viendo que la regala tocaba el agua sin que nadie se sobresaltase, dejé de mirar de reojo, empecé a mirar sin disimulo, me relajé y disfruté durante diez minutos de los delfines, de la alegría de mi tripulación y de una navegación rápida, escorada, y mantenida como pocas veces he vuelto a lograr.
Moraleja, relax, siempre relax. Los barcos están diseñados precisamente para navegar.
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