La culpa sin duda debe ser de los italianos y su famoso "dolce fare niente" -o cómo quiera Dios que se escriba-, que poca consideración, dejar al Sr. Pocero sin veraneo. Mira que si tiene que quedarse en seco todo el verano.
Menos mal que el espiritu navideño, junto a la fraternidad tabernaria, encarnada por tí en este caso, se ha aprestado a solucionarle la papeleta al "pobre" hombre.
Gracias Miapiah no sé si, sin tu generoso gesto, hubiera podido cenar tranquilo en Noche Buena.
