Cita:
Originalmente publicado por kiqu
|
Queridísima Roxana.
Agradezco tu sinceridad. Es más, estaba seguro de que era así. A pesar de todo lo dicho en contra (que si no importa, que si prima la habilidad y no la herramienta, que si el amor se hace con el cerebro y no con...ejem).
Lo cierto es que me cuesta imaginar hacer el amor con el cerebro. No es por nada en particular, sólo que es un órgano que carece de las características esenciales necesarias de rigidez. Por otra parte, someter al banco de datos más importante del ser humano a tales vaivenes, me parece muy desaconsejable. Pienso que si así fuese, después del acto sufriríamos una horrible amnesia. Queda descartado, pues, practicar artes amatorias con el cerebro, por mucho que se impulse la idea. Me sigue pareciendo mejor el medio tradicional.
Por otro lado, hace unos pocos meses recibí un Email que decía así:
"Can you live with a small penis?"
(Puedes -o puede usted-, vivir con un pene pequeño?)
Al principio no entendí bien la pregunta. No por el idioma, que domino, sino por el hecho de que es evidente que se puede vivir estando dotado de un pene pequeño. Otra cosa es cómo se viva. Pero vivir, lo que es vivir, se puede. A pesar de la hilaridad general.
Por lo anterior deduje que la pregunta no se refería a lo anterior. Sino que debía referirse a la idea de convivir, en tu propio hogar, con un pene pequeño. Un penecillo que va todo el día pasillo arriba y pasillo abajo, aparece en la cocina, en el salón... lo que se dice vivir con un pene pequeño.
Y ya que había llegado a la conclusión anterior, me pregunté si sería capaz de convivir en esas condiciones. Lo cierto es que no. Imaginando todos los escenarios posibles, estoy seguro de que no. Aunque es innegable que todo tiene sus pros. Un ejemplo: convivir con un pene pequeño te otorga una sensación de superioridad impagable, al contrario que hacerlo con un pene grande. Este ultimo caso puede ser dramático para la propia imagen por mera comparación.
Pero lo peor de todo fue imaginar que, inadvertidamente, me sentaba en el sillón para ver la tele justo en el lugar donde estaba el pene pequeño. Y me dije: ¡ por ahí no paso !.
En fin, espinosa cuestión esta.
Rog