[El Temido II]

Los días de calma trajeron bienestar a la tripulación. La navegación era muy
cómoda y nadie se mareaba. Piedi podía deambular por cubierta, sin miedo a
encontrarse mal. Esta nueva situación, nos haría recordar el viaje, como
algo placentero y no como lo fatigoso de las primeras jornadas.

La rutina diaria pasó a ser más divertida, el vermout lo tomábamos en la
bañera, nos movíamos por cubierta con total soltura, podías tumbarte a
tomar el sol o a dormir la siesta (aunque fuese la del borrego), en cualquier
parte del cata. Por las tardes, jugábamos una partida a la "Pocha" (no voy
a decir quien ganaba), para después, ver la puesta de sol escuchando Pink
Floyd.

A pesar de los días que llevábamos navegando, tal era lo idílico de la situación,
que mientras más nos acercábamos a tierra, menos ganas tenía de llegar. Solo
pensar en los trámites aduaneros a la arrivada, el ajetreo de la vida en tierra,
el tener que dejar la actual rutina, me daba mucha pereza.

Pero a pesar del poco viento, el barco se movía con soltura y excepto un día
que hicimos 96,5 millas náuticas, el resto pasábamos con holgura de las 100.

Y así, milla a milla, la mañana del día 25 de enero de 2015, El Temido lll
hacía entrada en la bahía de Philipsburg, en la zona holandesa de la isla de
San Martín (Sint Maarten).


Continuará....




Salud y