"El día del ballenato".
Aquella mañana me encontraba en mi camarote, echando una siesta tras el
desayuno, ya que me había tocado la última guardia.
Las voces de mis compañeros, algo agitadas, como emocionadas, me sacaron
del placentero sueño en el que me hallaba. Rápidamente intuí que se trataba
de alguna buena nueva, pues el algarabío originado, tenía connotaciones
festivas y no trágicas.
Dejé pasar unos minutos, mientras terminaba de despertarme convenientemente,
para subir a cubierta despejado y con los ojos bien abiertos.
A medida que pasaban los minutos, iba dilucidando sobre lo que se podía haber
originado ese alboroto, aunque no había que ser muy listo, para comprender
que se trataba del avistamiento de algún animal marino.
Pasado como un cuarto de hora, decidí poner pie en tierra y bajar de la cama,
para unirme al grupo y contemplar el suceso.
Una vez arriba, me comentaron que había una ballena rondando el cata, que había
aparecido dos o tres veces y estaban atentos a que lo hiciera nuevamente. Y la
verdad es que no les faltaba razón, ya que el animal apareció en multitud de
ocasiones y se quedó con nosotros hasta bien entrada la tarde. Al menos seis
horas, tuvimos la compañía del cetáceo.
Nos pasaba bastante cerca, incluso por debajo del cata, entre los dos cascos.
Ya el cofrade iMystic, hace unas cuantas intervenciones, vislumbró la ballena
en otra foto que puse. ¡Se ve que tiene buena vista!.
Os dejo unas cuantas fotos, donde se ve algo mejor al animal.
Aquí el ballenato, de unos seis metros de longitud y varios cientos de kilos
de peso. El cable blanco que se ve en la foto, es el guardamancebos del cata.
Cuando pasaba junto a nosotros, a veces giraba y se le veía la barriga:
Su hermosa y enorme cola:
Pasando casi por debajo del barco:
Salud y
