Entiendo el disgusto pero, como ya se ha dicho en este y otros hilos, el mercado tiene sus propias normas (por otra parte muy claras), casi todos tenemos unas gustos o deseos más o menos comunes y el poseedor, propietario o fabricante de un bien anhelado no hace o hacemos más que ponerlo en valor.
Excepciones: bienes de primera necesidad o con precios reglados (no es el caso de la náutica) y entidades o "raras avis" sin ánimo de lucro.
Es lo que hay.
