Seguridad por si me caigo al agua.
Siempre que salgo de la bahía navego arrastrando un cabo de unos 30 metros por la popa. Es flotante para que no se trabe con la hélice y lleva un nudo cada dos metros para no escurrirse. Hemos comprobado que se consigue uno agarrar a ella y no escurrirse, y remontar contra la fuerza del agua del barco en marcha hasta llegar al espejo de popa. Al principio la levábamos amarrada a babor para que al acercarte al espejo, yendo a motor, no te acercaras a la hélice. Pero pero una vez allí no se conseguía llegar a la escalerilla de popa, que en el Corto Maltés está en estribor. Por eso ahora amarramos siempre la línea de vida a estribor.

Si voy solo, al llegar al espejo tengo que conseguir bajar la escalera desde el agua. Antes la llevaba amarrada por arriba, hasta que comprendí lo absurdo de la situación, porque desde el agua no llegaba al gancho. Ahora la llevo con un cabito que pasa por dos de los escalones pero que termina en una especie de botón que pasa por un hojal de filástica que se alcanza desde el agua, y que se puede soltar con una sola mano mientras te sujetas con la otra: