Si antes de darnos esta noticia ambos desprendíais ya una alegría contagiosa y envidiable, ahora no puedo imaginar vuestros rostros.
Muchísimas felicidades, Princesa y Simbad, no sabéis cómo me alegro de que otro sueño se haya cumplido. El barco es precioso, digno de sus armadores...¿o era armadora?
Brindo por vosotros con el deseo de que esos otros sueños se vayan cumpliendo a medida que vayáis dejando millas atrás.
