Cuando la inspección de un barco a la venta comporta gastos como pueden ser el varadero, desplazamiento (y más si es con pernoctación), uso de los servicios de peritos, etc, en buena lógica debería, en caso de echarse atrás el vendedor y
dependiendo de las circunstancias, llevar al desembolso de al menos una parte de los gastos incurridos.
