Creo que incluyes en la categoría de “profesionales” a determinadas personas a las que no tenía intención de considerar en mi anterior recomendación,y que nuestra percepción sobre tal calificativo no es la misma.
No es lo mismo cambiar una driza, dar una capa de barniz, o incluso pintar la patente de una obra viva, o cambiar el aceite y filtros del motor, que diagnosticar una patología en la obra viva y sanearla correctamente, si es que realmente procede sanearla, hacerlo con urgencia o a gusto del consumidor sin especiales consecuencias...
Pero si tienes tan claro que lo correcto es hacerlo uno mismo, pues suerte, y que todo salga bien.
Cuando te encuentras mal puedes automedicarte, y si ves desenfocado puedes acercarte a un chino a comprar unas gafas de tres euros, e igual funciona el remedio en uno y otro caso, o acercarse a un “ especialista” que sin duda será algo más caro, y quien sabe si tambien más eficaz.
Digo lo que precede porque no siempre las burbujas que has fotografiado se corresponden a un proceso de ósmosis, ni cuando ese avanza ya por el casco son evidentes burbujas.
En ese aspecto, que un especialista en la materia, debidamente asistido de los aparatos y medios a su alcance, haga el diagnóstico correcto no deja de ser un buen comienzo, y que una vez conocido el alcance del problema se elija el proceso más adecuado, en tiempo, técnicas, y materiales, para dejarlo correctamente resuelto tampoco es del todo mala solución.
Quizás el peor problema sea errar en considerar especialista al que no merece tal calificativo antes que el de chapucero o caradura.Ahí hay que esmerarse y pedir antes referencias.
Ello no impide que en plan aficionado y por mera intuición, apliques un material que nunca has aplicado y vuelvas echar el barco al agua.
Igual funciona....

Suerte¡
Saludos cordiales
