¿Por qué alquilo?
Aclaro, en primer lugar, que vivo en la costa. A menos de veinte minutos de casa tengo los puertos deportivos de Torredembarra, Roda, Comarruga, Segur de Calafell y Vilanova.
También, que navego durante todo el año y que me podría permitir comprar y mantener un barco no muy grande, seguramente, entre 25 y 30 pies. Y que me encantaría tener uno. No descarto tenerlo algún día. Las ventajas y algunos de los inconvenientes ya se han expuesto aquí mismo.
¿Por qué alquilo, entonces?
En primer lugar, porque no me parece bien emplear los recursos de toda la familia en una afición que, más allá de salir un día o un fin de semana en verano, solo es mía. Sería distinto si también les gustara salir en invierno o, al menos, en otras temporadas.
Durante un tiempo pude disponer del velerito de un familiar. Cuando se vendió es cuando empecé a alquilar de verdad, aunque ya lo había hecho antes en algunas ocasiones. Aquel velero de 20' estaba en zona 5 y no reunía las condiciones para otra cosa que no fuera salir de puerto y dar un paseo para volver por la tarde. Desde entonces he manejado veleros de todas las esloras posibles entre 25 y 46 pies, dependiendo de las circunstancias, y hemos ido haciendo navegaciones cada vez más largas de varios días que no hubiera hecho con aquel barco, cruzando a Baleares unas cuantas veces.
A la gente con la navego la encontré en esta casa, hace ya unos cuantos años. Desde entonces son buenos amigos y hemos descubierto que, aunque empezamos saliendo para practicar y compartir gastos, nos gusta navegar juntos. Luego se han ido añadiendo familiares y otros amigos.
Además de poder elegir la eslora más adecuada para cada circunstancia, también podemos alquilar en otros puertos. Ya lo he hecho algunas veces y ahora empezamos a pensar en hacerlo en Canarias, además de tener ya otra travesía organizada, lejos de nuestra base habitual, para dentro de unas semanas.
Prefiero la opción del alquiler a la de ofrecerme como tripulante de otros veleros a través de alguna plataforma que hay por ahí. Nosotros nos turnamos para hacer de patrón o ese papel lo asume quien toma la iniciativa de alquilar. Si vas como tripulante en el barco de otro, las decisiones de navegación y las maniobras complicadas las hace el armador, que para eso es su barco. Este fin de semana coindimos cuatro patrones a bordo y entramos y salimos en dos puertos. Cada maniobra de atraque o desatraque la hizo uno distinto, con lo que todos vamos practicando y aprendiendo (que en esto, no se acaba nunca).
También influye que nos sentimos muy bien tratados por la empresa con la que alquilamos habitualmente. Ahora, siempre que puedo, reservo el mismo barco, si está disponible: uno nuevo con mayor tradicional, que una de las cosas que menos me gusta del alquiler es que la mayoría de los veleros tienen mayor enrollable.

