Es un salón interesante, a flote.
Acostumbran a montar los muelles flotantes en ochos, con los que hacen pruebas de mar con los clientes en la parte exterior.
Entre los barcos expuestos (al menos hace 4 años, cuando estuve la última vez) hay bastantes que no se acostumbran a ver por estos lares.
La parte de tierra comprende botes, pequeños veleros (con una buena muestra de tradicionales), pocos materiales que no estén por aquí y algunos inventos raros.
Los hoteles no son caros los días del salón.
En cuanto a turismo náutico-cultural, no está lejos Portsmouth, con el museo naval, el Víctory y el Warrior (y el Mari-Rose embalsamado).
En tren estas en Londres en menos de 2 horas y está el museo de Greenwich. Y decenas de otros lugares interesantes de visitar.
