No es oro, ni incienso, ni mirra, pero quería desearos un feliz día de Reyes y qué mejor forma de hacerlo que con una humilde aportación. Es un breve relato marinero sobre un marino que se ve obligado a realizar rutas alejadas de las habituales, rutinarias —y legales— travesías de los mercantes. Ahí lo dejo:
www.fsupervielle.com/precuela
¡Un saludo y nos vemos en la mar!