Durante una de mis primeras salidas con mi barco, salí a una cala que conozco bastante bien. El centro de la cala tiene bastante profundidad, así que, para buscar una menor profundidad y mejor resguardo, me acerqué a las rocas. Como mis acopmañantes no tenían experiencia en navegación, durante el final del trayecto les preparé el ancla y les expliqué cómo realizar la maniobra de fondeo del ancla y lo entendieron, así que les confié a ellos esta labor. Cuando encontré el lugar adecuado para fondear, se lo indiqué y así lo hicieron.
Echaron el ancla en el punto indicado, en un fondo de arena a unos 3,5 - 4m de profundidad. El ancla hizo fondo, pero no se clavó bien y había un poco de corriente que me llevaba hacia las rocas, por lo que decidí pedirles que recogieran el ancla y mover el barco hacia el punto inicial. En el momento de iniciar el desplazamiento y cuando ya habían cobrado un par de metros de cadena, se caló el motor. Cosa rara. Arranqué de nuevo, a la primera. Cuando doy avante, se vuelve a calar, como si hubiera un cabo enrollado en la hélice. A todo esto, me acercaba a las rocas más de lo que habría deseado. Les dije que soltaran de nuevo el ancla y unos metros más de cadena, mientras volvía a arrancar el motor y se volvía a calar.
Finalmente, el ancla hizo su función cuando ya veía los bajos muy cercanos a la quilla (tengo 1,65m de calado).
Al echarnos al agua, después de la experiencia, veo que la hélice está libre. Intento girarla con la mano, pero no gira. Vuelvo a bordo, me aseguro de que el morse está en punto muerto y mi amigo, desde el agua, vuelve a comprobar que la hélice no gira.
Abro el cofre de cubierta, que comunica con la reductora y el eje para comprobar si había algún problema allí dentro. Enciendo la linterna para ver mejor y compruebo que la manguera de baldeo, que estaba mal estibada, había caído sobre el eje y se había enrollado con este, frenándolo. Vacié el cofre y bajé a intentar desenredarla. Finalmente, navaja en mano, la tuve que trocear para poder sacarla. Después de esto, la hélice giraba perfectamente y pudimos volver después del día en la cala sin más problemas.
Aprendizaje del día: cualquier cosa mal colocada en el lugar más inoportuno te puede jugar una mala pasada.
Durante los momentos que pasé mientras que el motor no respondía, me iba hacia las rocas y el ancla no había enganchado bien, un poco más y se me sale el corazón al galope. Eso si que fue un
Puff casi!!!
