Como han dicho más arriba, me consuela saber que moderará a otros que le precedieron y nos esperarán para cuando nos toque cruzar a su lado.
Se nos va parte de la institución que es esta taberna. Casi diría que el pirata era una pata de cada silla o mesa de este antro. Estuvo desde siempre.
Tendremos que portarnos bien, pues sin su vigilancia corremos peligro.
Brindo por su recuerdo.

