Isidora ha pasado a mejor vida hace dos días. Apareció a la tarde con una pita asomando de la boca, parece que se tragó algún palangre o verdelera, y la llevaron a Gorliz a la mañana del día siguiente para intentar curarla, pero se quedó en la anestesia.
La echamos en falta, se había convertido en la mascota del pueblo.
En otro orden de cosas, los verdeles están metidos estos días dentro del puerto, la peña llenando cubos al anochecer. Los chicharros, que se pescaban bien hace poco cerca de Elantxobe a cacea parece que se han ido para Bermeo.