Gracias Tamamoana por el recuerdo, Iñaki te quería mucho.

También quiero agradecer a todos los cófrades que han venido a despedir a mi compañero, a mi querido Iñaki. Lo que puedo decir de él es que era un hombre bueno, tenía nobleza en su corazón, su corazón era el de un niño que siempre estaba creando. Un niño que jugaba a través de un hombre, sin que él se diera cuenta.
Iñaki amaba el mar, ese era su medio, donde encontraba la libertad, el sentido.
Donde él era realmente feliz era debajo del mar, buceando. La foto del hombre más feliz del mundo es una que tengo de Iñaki, buceando en Galápagos . Realmente se transformaba en otro ser.
Fue mi maestro en buceo y también lo fue en esos viajes en que nunca se sabía cuándo y cómo íbamos a llegar, aunque él estaba muy seguro .
La vida junto a Iñaki nunca fue aburrida y le agradezco toda esas aventuras que ni Tintín hubiera soñado.
Algo bueno habré hecho por este regalo que me dio la vida, aunque ahora se haya ido a navegar en solitario. Buenos vientos, querido !!!
