Ya en la Sabina, intercambio de opiniones y a comernos un arrocito que bien nos habíamos ganado. Allí estaban todos los que habían llegado antes que nosotros y Josep Maria, Ophiusa para los tabernarios, más que organizador, nuestro angel de la guarda. Birras, felicitaciones y esas cosas. Nos enteramos del aviso de temporal de las 11 de la mañana y de la debacle de la flota, mientras van llegando los que aún siguen en regata.
A las tantas llegan los verdaderos héroes, los ministas y en especial nuestro Eclipse, cansados, rotos... pero que güevos le echan al tema... más bien diría que están locos...
Al día siguiente recorrido turístico por Formentera con birritas incluidas con Jota, Corintian y tripu. Conocí a otro gran personaje de la Taberna: Ocell... jeje, este si que sabe hacer regatas...
Emoción en la entrega de trofeos al ver la clasificación de la Taberna, con sus tres preciosos trofeos, que sin duda fueron los más ansiados y aplaudidos...

Juerga y no sé por qué extraña razón volví a acabar con los de la ensaimada power que me muestran en primicia el video de embat-spiderman. Gran ambiente tabernario y un recuerdo a los que no pudieron llegar como Bini, TBO, keith, Quim, etc...
Mi agradecimiento a Josep María por sus atenciones para con nosotros y con el que tuve ocasión de charlar varias veces sobre la regata, la Taberna, lo humano y lo divino... un 10 para él.
La vuelta, más dura todavía que la regata. Salimos el lunes con un importante castañon hacia Alicante. Llegamos a las 2 de la tarde, muy cansados, empapados de agua y muertos de frío, lo que me supuso agarrar un gripazo con fiebre incluida que aún me dura. Allí me subí en el barco de unos amigos de Melilla que venían de la Sal y hasta el sábado no conseguimos llegar a Melilla despues de 22 horas de navegación desde Cartagena, donde por cierto me encontré a Libra cuando volvía de la farmacia cargado de potingues y me dirigiá al barco para empiltrarme por la fiebre.
Negro, que peazo barco tienes...
