Tras una agradable noche sin guardias, a las nueve y media del martes estamos en marcha, rumbo a Pasito Blanco, en el sur de Gran Canaria, el que va a ser el amarre permanente del Vagamón a partir de ahora. Estamos a resguardo de la isla y el viento es tranquilo, nada de mar, otra agradable mañana para navegar a vela, con la costa E de Fuerteventura a la vista.
En el extremo sur, cerca de Morro Jable, el viento flojea, hacemos un par de trasluchadas para alejarnos de la costa, pero sigue flojo, le damos al motor para salir de esta zona. Todavía han sido cinco horas hasta Morro Jable, si hubiesemos venido ayer entraríamos de noche y con un panorama portuario poco claro, que bien hemos hecho en parar en Gran Tarajal, y que importante es tener y compartir información entre navegantes.
Tras una hora de motor, más o menos, el viento vuelve, otra vez 15 nudos de NE y apuntamos a la parte sur del DST situado entre Fuerteventura y Gran Canaria. Tenemos que contar con la aceleración del viento que se situa siempre al SE de Gran Canaria, pero primero una agradable tarde con delfines y viento para todo el trapo. Como complemento culinario, Mario cocina con gran esmero los dos calamares que cayeron en cubierta..mmm..delicattessen!
Atardeciendo, nos acercamos a la aceleración, el viento empieza a subir, 20 nudos, 22...hay bruma, vemos por primera vez la isla al ponerse el sol, no se pone en el mar, se pone en la ladera sur de la isla, ahí está! Aunque el Gps te diga la posición, ver tierra es otra cosa...jjj... y es también fin de travesía, alla vamos.
Empiezan a dar por radio un aviso a los navegantes de maniobras militares en una zona muy cercana, al SE de la isla, a ver si no nos confunden con un blanco. El viento sigue subiendo, y antes de oscurecer reducimos mayor y génova.
El viento se pone bravo y el mar sube también, pero ordenado. 25 nudos constantes y varias veces sube a 30, quizás llevamos un poco de vela de más, pero queremos llegar y sabemos que es un viento localizado, que al acercarnos a tierra calmará. El rumbo es un 120º, más o menos. Nacho y yo nos turnamos a la rueda, parece que aprovechamos más lo que queda de navegación...así todo, con alguna racha y ola coincidente se nos va el barco de orzada, no pasa nada, el barco es noble, tumba un poco la panza, flamea la mayor y vuelve dócil a rumbo.
Ya navegamos a la vista de las luces de Gran Canaria. Aparece un barco en el Ais que baja costeando y no somos capaces de verlo; está a tres millas, pero al venir a rumbo de colisión, sus luces no se mueven con respecto a las luces de la isla y no somos capaces de distinguirlas. El Ais da más datos, es un mercante de más de 50 m, tiene que tener por tanto luces de tope a proa y popa...hay que localizarlo, no vamos en un rumbo en el que nos sea fácil orzar y a mi no me gusta mucho decidir si pasar por proa o popa con la única referencia del Ais, aunque la decisión con un mercante va a ser mayoritariamente pasarle por popa, hay que estar muy seguro de que pasamos para cruzarles la proa.
Finalmente lo descubrimos por las luces que tapa de la costa, no ha sido fácil, y ya avanza con respecto a las luces de costa, pasa por proa sin problema y no debemos orzar más.
Hacia el sur aparecen luces extrañas, pero rápidamente nos damos cuenta de que son, son las maniobras navales anunciadas, están tirando bengalas amarillas, posiblemente como pura advertencia a los barcos de paso. Las seguiremos viendo hasta la llegada.
Seguimos con nuestra navegación con 25/30 nudos. El Windy marca la aceleración, pero marca menos viento cerca de costa. No es cierto, el viento se curva ligeramente siguiendo la costa y no bajará hasta pasado el faro de Maspalomas, a dos millas ya de Pasito Blanco.
Metemos de nuevo piloto automático, en parte porque llevar la rueda en estas condiciones y rumbo cansa y en parte por ver como reacciona, en la travesía lo habíamos traido siempre más de popa. Lleva el barco genial! Sabe cuando el barco inicia la orzada y mete timón ya casi antes de que empiece a orzar, pasa la ola y después recupera con precisión, nos cuesta más a nosotros saber hasta donde hay que recuperar timón.. será el autoaprendizaje?, ahora lo llevamos en una ganancia muy relajada, 3 o 2, no estoy seguro, y su comportamiento es tranquilo. Con ola regular creo que hay que tener mucha experiencia con el tacto del barco para superarlo, y por supuesto, él, aparentemente , no se cansa.
Pero esto se acaba, al llegar a Maspalomas, el viento cae a cero, velas abajo, motor, defensas..ya nos esperan para indicarnos el amarre..maniobra, popa al pantalán, guías al muerto por proa...ya estamos! Excelente travesía, excelentes compañeros, Nacho, Mario, Aitor, un buen barco..el mar se puso durillo una noche y una mañana, y al principio hubo bastante motor, pero ha sido una travesía muy satisfactoria, por lo menos para mi. Que haya muchas más así!
