Esta es la evolución del rendimiento de los IMOCAS desde la quilla pendular hasta los foils implantados en 2016 que hace Douillard que ha estudiado la forma en que los IMOCA han navegado durante 20 años a partir de 2002.
Su análisis muestra que el rendimiento general ha aumentado un 48% dependiendo del punto o modo de navegación, un salto notable. También ha demostrado cómo la fuerza del viento necesaria para alcanzar los 20 nudos de velocidad del barco ha disminuido de 30 nudos hace 20 años a sólo 14 nudos en la actualidad. Una vez más, una transformación notable en lo que es capaz de hacer un IMOCA de ocho toneladas.
Desglosándolo en los diferentes puntos de navegación, el estudio de Douillard muestra que en ceñida, los mejores IMOCA navegan ahora un 49% más rápido que en 2002, de nueve nudos a 14 nudos de velocidad, utilizando una medida común de velocidad en ceñida (VMG ), aquí y es de mi cosecha hay que hablar del VMC mucho más ampliado el concepto); con vientos suaves el aumento de rendimiento es del orden del 27%, de poco menos de nueve nudos a 11 nudos; a favor del viento hay un aumento del 49%, de 15 a 24 nudos.
Los números más espectaculares se producen cuando el viento sopla del través. En este modo, los foilers más modernos alcanzan velocidades un 73% más rápidas que hace 20 años, saltando de 13 nudos a 22 nudos de velocidad. Luego, (alrededor de 120° al viento), el aumento es del 44%, con velocidades que pueden superar los 27 nudos, que es claramente el punto más rápido de navegación.
El aumento en el rendimiento no es un paso pequeño, sino un paso grande
La investigación sobre la velocidad del viento necesaria para alcanzar una velocidad de 20 nudos muestra que, hasta 2008, los IMOCA necesitaban 30 nudos de viento real para alcanzar esa velocidad. En 2016, con la introducción de los foils, esta velocidad había caído a 18 nudos. Desde entonces, la velocidad del viento requerida ha disminuido constantemente a medida que los foils se han vuelto más eficientes y refinados, con la cifra actual de viento real en unos 14 nudos para 30 nudos de velocidad del barco .
En general, Douillard cree que el ritmo de aumento de las velocidades probablemente haya alcanzado su punto máximo a menos que se realicen cambios radicales en la regla de clase, por ejemplo permitiendo T-foils en los timones que actualmente no están permitidos.
Si la regla no cambia, la curva de aprendizaje sobre la estabilidad permitirá que el rendimiento aumente, pero de manera menos dramática", dijo. "Será poco a poco, pero también dependerá del patrón y de la forma en que oriente el barco durante largos períodos, lo que marcará una gran diferencia".
Del articulo de Ed Gorman.
Está claro hasta que no haya timones en T y se levante la popa la evolución dependerá de los ajustes del patrón y refinamiento de los apendices y casco.
Estamos en esta época ahora.