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Es un tema delicado.

Una adición. Una enfermedad.

Problemas....... Apagar las penas.

Las condiciones laborales, en muchos casos, igual tampoco ayudan a llevar una navegación y una profesión con gusto e implicación. Y se tira de una compañía silenciosa que no habla ni molesta.
La naviera, las condiciones, la habilitación del barco, el compañerismo, nacionalidades, rutas..... Ingredientes que hay que manejar con prudencia, porque puede ser una mezcla caótica si algo está pasado.
La responsabilidad que cada uno pueda asumir en su cometido laboral.

Si falla el capitán, y éste no está bien acompañado, no tiene apoyo, no se deja respaldar.
Será un tema médico el que pueda dar solución.

La naviera debería seleccionar mejor, implicarse, y a veces todo vale, máxime si no interesa afrontar costes para que las tripulaciones estén a la altura.