Lo que ocurre es que tanto la mediatización (no tanto por nuestro pais) como la tecnificación a que llega la Vendée a día de hoy hace que de alguna manera quede enmascarado su carácter épico. La preparación de las máquinas y, sobre todo, de los patrones, hace parezca hasta facil, y tengo que reconocer que aunque la sigo desde sus inicios (obviamente no con esta intensidad

) poco a poco fui cayendo en esa trampa de verlo casi como su fuera una carrera de F1. Narcotizado por la tecnología y prestaciones que luce un Open 60 de hora a veces me olvido de que sigue siendo una vuelta al mundo, sin escalas ¡y en solitario!
Tener el valor de meterse en el fregado ya deja ver que se es de otra pasta. No es un exitazo llegar, es una heroicidad

.
