Pues si te pones a pensar, el tal Jim Macbeth tiene su razón. Te sientes como identificado en lo que dice.
Sinceramente, yo navego porque me gusta. Y, en los últimos tiempos, lo que más me gusta es disfrutar enseñando lo que se (que no es mucho) a los demás.
El tema es que cuando me subo a un barco, tal como dice Macbeth, no hay otro mundo que el barco, el mar, el viento y yo...
Antes de que me ponga a filosofar, tabernero, unas

que estas las pago yo.
Salut!