Originalmente publicado por SESÉ
La navegación oceánica en solitario, hasta ahora, y ahí está el encanto y la magia, que nos fascina a muchos, no tiene nada que ver con selecciones nacionales, ni con patrocinadores, ni se representa a nadie. Claro que hace falta dinero y de algún sitio hay que sacarlo. El patrocinio no es nada más que un negocio, eso sí, fundamental para el proyecto, pero nada más que eso, un intercambio de beneficios.
A estas regatas no tiene que ir el mejor, ni el que sale elegido, va el que quiere, pero el que quiere mucho.
Y seguro que quien quiera ir, y se lo curre tanto como Unai; irá, sin duda.
Los que acaban y llegan, son los que lo han encarado como proyecto personal, poniendo mucho trabajo y dedicación por el camino.
En el océano van ellos y su barco, aunque, Unai sabe que lleva a bordo el ánimo y el entusiasmo de sus amigos y mucha gente que le admiramos. Y está allí porque él quiso ir, nadie más y se lo curró mucho para estar a bordo.
Para dar la vuelta al mundo en solitario en la Vendée no vale cualquiera, y yo creo que solo es posible hacerlo como proyecto individual y una decisión muy muy personal.
¿Qué os parece? ¿Que en EEUU no habrá muchos navegantes muy buenos, buenísimos, que navegan en solitario y que podrían dar una vuelta al mundo en regata. Pero por algún motivo hasta la pasada edición, solamente uno, el pequeño gran Bruce Schwab lo ha conseguido, y además sin sponsor…!!!!.¿Y por qué? Seguro que a más de uno le habría gustado hacerlo antes, pero por lo que sea les ha faltado algo de eso que se necesita para conseguirlo. O la decisión, o la valentía, o la cordura, o el inmenso trabajo y sacrificio necesario para hacer algo así.
Si en EEUU hubieran hecho una selección, a lo mejor no le habrían elegido a él, habrían escogido a alguien con una medalla olímpica, por ejemplo; alguien que puede que no hubiera tenido narices para acabarla, se habría asustado, o habría roto el palo…por ir demasiado rápido, entusiasmado en los momentos buenos, y sin la calma suficiente para tener paciencia y cuidar su barco. Bruce sabía, como Unai sabe, que si hunden el barco nadie les pone otro, y el sueño se acabo.
Una regata así lo que hay que hacer es acabarla, llegar al final. Porque las regatas sin apoyo externo y sin escalas, lo que hay que hacer es llegar a la linea sin parar, y para eso hay que ir con ojo, y conocer tus limites y los de tu barco.
La navegación oceánica en solitario no es una especialidad olímpica, ni los regatistas forman parte de una selección nacional. Es muchísimo más que eso, es un proyecto personal, un proyecto de vida, diría yo.
Yo creo que solo gente grande, muy grande es capaz de hacerlo, y tienen todo mi gran respeto y admiración.
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