Las correderas fijas se atascan con las algas, sobre todo en aguas cálidas. De hecho hay puertos en el Mediterráneo en que si no se navega al menos una vez por semana o casi, se atascan a no ser que se desmonte la hélice de la misma al volver de navegar con el consiguiente yuyu que da ver entrar el agua a borbotones hasta que se pone el tapón o la hélice.
Las mecánicas de quita y pon son un coñazo, aunque eso sí, preciosas. Unas y otras tienen los consabidos errores, por cierto ¿Quién conoce la dirección y la velocidad de las corrientes en cada sitio y hora para rectificar la lectura de la corredera?.
Todos conocéis mi defensa habitual de la necesidad del conocimiento de los medios clásicos para cuando falla la electrónica, que tarde o temprano falla, es su sino, ya que la electricidad y el agua, sobre todo salada, no se llevan bien. Por eso no resulto sospechoso al defender el GPS como instrumento para medir la velocidad del barco y me decido a hacerlo tras haber escuchado la misma defensa a un marino profesional de la mercante y de la de recreo con unos cuantos años de mar a cuestas, que curiosamente es un defensor a ultranza de la precisión de un compás de demoras o de un sextante (cuando se saben manejar bien y se tiene mucha práctica) frente a la precisión real del GPS, que según él tiene un error bastante mayor del que nos indica.
Salud y
