Tienes razón Ferreret.
Es algo muy especial. Sienten simpatia por nosotros del mismo modo que nosotros por ellos. Cuando los vimos, a lo lejos, seguian a un velero. Nosotros arrancamos maquina para alcanzarlos, y al llegar comenzaron a juguetear con nosotros haciendo piruetas en la proa. Sincronizaban sus saltos por medio de silbidos. Es como si entre ellos dijeran: ¡ahora! y al instante saltaban al unisono.
En una palabra: Mágico.
Ahí va otra afoto, esta vez del otro velero que seguian.